MADRID, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -
Dos de cada tres jóvenes en edad de ir a la universidad no tienen claro qué estudiar "porque no disponen ni de la orientación ni de la información necesaria para decidirse", según refleja un estudio de la publicación americana 'Psychological Reports', del que se desprende que esta elección no depende de la personalidad de los alumnos.
Para conocer los factores vocacionales de los escolares se empleó un cuestionario de evaluación de sus intereses profesionales en relación a diez campos diferentes de trabajo: al aire libre, mecánico, aritmético, científico, persuasivo, artístico, literario, musical, administrativo y de asistencia social, con el objetivo de ayudarles a orientar sus actividades de capacitación y elegir una carrera.
Según destaca el autor del estudio, el profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Cádiz, Manuel Antonio García Sedeño, de los resultados obtenidos habría que concluir que la orientación vocacional y profesional del sistema educativo "no se valora en su justa medida". "Es necesario proporcionar a los jóvenes herramientas de información útiles", añadió.
En este sentido, explicó que, aunque en los centros educativos se ha integrado la figura del orientador, para el resto de los profesionales y la sociedad "no existe una creencia generalizada en su trabajo". Asimismo, denuncia que no se observan programas de orientación "claramente contrastados y unificados", sino que cada orientador actúa en su centro de forma individual, "basándose en sus propios criterios".
LA ORIENTACIÓN NO DEBERÍA SER PUNTUAL
"La orientación no debe verse como un acto puntual que se realiza en el Bachillerato, sino como un proceso que se tiene que realizar a lo largo de toda la escolarización e integrado en el currículo", asegura García Sedeño, quien recuerda que todo este proceso "debería plasmarse en un proyecto personal para la elección de la carrera".
Respecto a la elección de futuro, advierte de que, aunque existen muchos factores en la elección profesional, la mayoría no son fruto de procesos razonados sino de factores emocionales. "Los alumnos afirman que les gusta, pero no saben decir en qué aspectos ni por qué. En algunos casos, incluso se dejan llevar por tradiciones familiares o por deseo de emancipación", concluye el profesor.
