Los ecosistemas de 'carbono azul', que ocupan el 1% de los océanos, secuestran el 10% de las emisiones anuales de CO2

Archivo - Pradera de posidonia.
Archivo - Pradera de posidonia. - UIB - Archivo
Publicado: viernes, 26 febrero 2021 11:28

   MADRID, 26 Feb. (EUROPA PRESS) -

   Las praderas marinas, marismas y manglares, ecosistemas que se denominan de 'carbono azul', apenas ocupan el 1 por ciento de la superficies de los océanos, pero capturan y secuestran en torno al 10 por ciento de las emisiones mundiales de CO2 al año, según un informe publicado por la UNESCO.

   Se trata de la primera evaluación científica mundial de los ecosistemas de carbono azul en los sitios marinos que son Patrimonio Mundial. El informe destaca que estos enclaves representan el 1 por ciento de los océanos y ocupan al menos el 21 por ciento de la superficie de los ecosistemas de carbono azul del mundo y el 15% de los activos de carbono azul del mundo.

   Las conclusiones de este estudio se presentarán en un nuevo informe 'UNESCO Patrimonio Mundial Marino de la UNESCO, Custodios de los activos de carbono azul del planeta'. El autor principal del informe es el científico español Carlos Duarte que trabaja en la Universidad Rey Abdalá de Ciencia y Tecnología de Arabia Saudí y la doctora Fanny Douvere, del Programa del Patrimonio Mundial Marino de la UNESCO.

   Ambos explicarán en una conferencia que los depósitos de carbono del Patrimonio Mundial Marino equivalían a cerca del 10 por ciento de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero del mundo en 2018, manteniendo a salvo y fuera de la atmósfera miles de millones de toneladas de CO2 y otros gases de efecto invernadero.

   La evaluación, que se presenta con motivo el inicio del 'Decenio de las Naciones Unidas de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible (2021-2030) destaca las formas de preservar estos sitios de valor incalculable.

   "Los ecosistemas de carbono azul, que se encuentran en los márgenes de las costas del mundo, son viveros y hábitats de numerosas especies marinas y terrestres y desempeñan un importante papel ecológico en el ciclo de los nutrientes y el carbono, en la protección de las costas y en el mantenimiento de los medios de subsistencia y el bienestar de las comunidades locales", ha manifestado el subdirector general de Cultura de la UNESCO.

   Según explica el organismo multilateral los científicos han descubierto como las praderas marinas, las marismas y los manglares, conocidos como ecosistemas de "carbono azul", albergan algunos de los sumideros de carbono más intensos de la biosfera.

   En conjunto, en datos de 2020 los ecosistemas marinos del Patrimonio Mundial abarcan una superficie de 207 millones de hectáreas, lo que representa el 10 por ciento de toda la superficie marina protegida a nivel mundial.

   Entre ellos, la UNESCO destaca los manglares de Sundarbans (India y Bangladesh); el Parque Nacional de los Everglades (Estados Unidos) y la Bahía Shark (Australia Occidental); la Gran Barrera de Coral; el Mar de Wadden (Dinamarca, Alemania y Países Bajos) y las grandes praderas marinas de posidonia de Ibiza.

   El profesor Carlos Duarte explica que puesto que almacenan tanto carbono, los ecosistemas de carbono azul se convierten en fuentes de emisiones de CO2 cuando se degradan o destruyen.

   "La protección y la restauración de estos ecosistemas presentan una oportunidad única para mitigar el cambio climático. Al conservar los ecosistemas de carbono azul, se pueden proteger las grandes reservas de carbono que han acumulado durante milenios. A medida que se restauran, pueden recuperar su función como sumideros de carbono", ha defendido.

   El informe subraya también que la financiación de la conservación de los ecosistemas de carbono azul en los sitios marinos del Patrimonio Mundial podrían impulsarse a través de estrategias de carbono azul, con las que se obtendrían créditos de carbono por demostrar los beneficios de la restauración y conservación de los ecosistemas dañados.

   Pese a su potencial para reducir las emisiones de CO2 a nivel mundial apenas un número limitado de países ha incorporado estrategias de carbono azul en sus políticas de mitigación del cambio climático.