Un embajador permanente vaticano en Vietnam atajaría "injerencias" en las actividades de la Iglesia, según experta

Publicado: lunes, 26 agosto 2019 15:15

ROMA, 26 Ago. (EUROPA PRESS) -

Un embajador permanente vaticano en Vietnam contribuiría a "mejorar el estatuto público de las organizaciones religiosas" en el país frente a las "injerencias" del Gobierno en las actividades de la Iglesia, según la profesora de Historia, especializada en el Vaticano, de la Universidad de Roma Tre, Maria Luisa Lucia Sergio.

La Santa Sede y Vietnam sentaron el pasado viernes las bases para establecer en el futuro próximo un embajador apostólico permanente en el país asiático, que rompió relaciones diplomáticas con el Vaticano tras la llegada al poder del régimen comunista en 1975. Esta fue una de las conclusiones acordadas durante la octava reunión del Grupo de Trabajo entre la Santa Sede y la República Socialista de Vietnam que tuvo lugar en el Vaticano el 21 y 22 de agosto.

"Un delegado apostólico permanente podría ciertamente contribuir a mejorar el estatuto público de las organizaciones religiosas. La ley sobre los credos religiosos, que entró en vigor a principios del 2018, ha determinado un cambio positivo al reconocer por vez primera la personalidad jurídica de las organizaciones religiosas. Sin embargo, el Estado vietnamita sigue concediendo a su discreción la facultad de constituir nuevos entes eclesiásticos y, sobre todo, ejerce sobre ellos un férreo control", ha explicado Sergio en una entrevista con Europa Press.

Los católicos en Vietnam representan el 7% de la población, según datos del último Anuario Pontificio suman entre 5 y 6 millones de bautizados. En los años sucesivos de la conformación de la República socialista en 1976, la Iglesia vietnamita tuvo que afrontar las consecuencias del ateísmo de Estado de carácter marxista-leninista como el cierre de escuelas católicas, la limitación de la libertad del clero y el encarcelamiento de parte de sus sacerdotes.

Hoy la situación es distinta, según explica Sergio. "La comunidad católica en Vietnam está muy viva gracias a una mayor tolerancia religiosa que comenzó en 1989, en el contexto de la reforma, una renovación dirigida a integrar y mejorar la economía vietnamita en el mercado internacional tras el periodo de aislamiento diplomático", defiende.

En todo caso, según apunta la experta, "las injerencias en la designación de obispos, en la ordenación de sacerdotes y hasta en la entrada de jóvenes en el seminario, se han sucedido también después de 1990".

De este modo, precisa que la normalización de relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Vietnam, que comenzaron en enero de 2007, con el encuentro entre el primer Tán Dung con el Papa Benedicto XVI buscan llegar al "reconocimiento pleno de la libertad religiosa como derecho humano fundamental". "El esfuerzo del episcopado vietnamita y de la Santa Sede está dirigido a promover en el país el pleno respeto de tal derecho", resume.

AVANCES DIPLOMÁTICOS

En junio de 2010, ambas partes llegaron a un acuerdo para la creación de la posición de un representante no residente tras la segunda reunión del grupo de trabajo conjunto. Tal posición actualmente está cubierta por el nuncio apostólico a Singapur, Marek Zalewski, que ha sido reconocida por el Gobierno de Hanoi como el embajador extraordinario del Papa para la Iglesia en Vietnam.

"Se trata de un paso importante en el camino de normalización de relaciones diplomáticas", subraya la historiadora. En este sentido, explica que el obispo "presenta credenciales al presidente de la Conferencia Episcopal y no ante las autoridades civiles". Sin embargo, sus funciones están limitadas. "El representante no residente no ejercita la función diplomática oficial y su misión tiene una naturaleza prevalentemente pastoral", incide.

"Desde que comenzaron los acercamientos oficiales entre la Santa Sede y Vietnam se ha podido constatar un aumento de ordenaciones de sacerdotes, además de la simplificación de las formalidades burocráticas para la construcción de edificios de culto", relata Sergio. Para la experta los progresos más significativos han sido registrados en el campo de las instituciones eclesiales de tipo caritativo y asistencial.

"Son las comunidades católicas las que han contribuido en modo determinante a la gestión de numerosos problemas sociales legados a la creciente urbanización y a la llegada de inmigrantes a la ciudad provenientes del campo que representan el 30% de la población de Ho Chi Minh City. Se trata de una masa de población excluida de los servicios sociales y de las prestaciones sanitarias", precisa.

Los católicos, según añade Sergio, ofrecen de forma gratuita en las parroquias acceso a servicios médicos a los sectores de la población más desfavorecidos, sobre todo, a personas con discapacidad o enfermos de sida que en el año 2000 provocó una epidemia en el país. "En las zonas interiores del país la comunidad católica ofrece ayuda asistencial a la población más vulnerable y anciana", comenta.

Además, remarca que el papel de los católicos también ha sido clave para afrontar el desastre ecológico, provocado por la plantación siderúrgica de Taiwán H Tinh Steel en abril de 2016, que contaminó las costas y aniquiló a centenares de toneladas de peces. "En el campo educativo, la institución de la Universidad católica en Ho Chi Minh City, si bien la formación es limitada a un centenar de estudiantes de Derecho canónico, también ha sido un logro fruto del diálogo ente ambos estados", señala.

CHINA EN EL HORIZONTE

La comunidad católica en Vietnam es la segunda más importante de Asia tras Filipinas. Por ello, la experta considera que la progresiva normalización de las relaciones diplomáticas entre ambos países podrían ejercer una influencia en el deshielo con China. "En el continente asiático, que está caracterizado por la interdependencia, es legítimo pensar que el deshielo entre Vietnam y Vaticano, podría tener reflejos positivos en el diálogo entre la Santa Sede y China", expone.

Su tesis está basada en la coincidencia de varios puntos que configuran la identidad de ambos países. "En los diálogos con China, el Vaticano está discutiendo sobre el delicado problema de las designaciones episcopales que ya ha sido objeto de discusión con el Gobierno de Hanoi", especifica.

Otro aspecto en común entre Vietnam y China, según añade, es que ambos países han pasado de una economía materialista, marxista y colectiva a un materialismo capitalista e individualista, que ha provocado que cada vez más personas vivan aisladas y que haya aumentado el riesgo ambiental.

Más allá de los aspectos geopolíticos y diplomáticos que puedan representar las relaciones con China, la historiadora destaca que "en el corazón del Papa están los más desfavorecidos y también la salud del planeta". "De hecho, son constantes los llamamientos del Papa a los gobiernos para que reconozcan el derecho de los católicos a actuar como ciudadanos responsables en coherencia con los principios de la conciencia religiosa", concluye.

La Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas plenas con 179 países. Vietnam es uno de los 17 países soberanos que no mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede. Nueve de ellos son estados musulmanes: Afganistán, Arabia Saudí, Brunei, las Comores, las Maldivas, Mauritania, Omán y Somalia. Otros cuatro son estados comunistas: China, Corea del Norte, Laos y Vietnam. Los otros estados son Bután, Botswana, Birmania y Tuvalu. Vietnam y la Santa Sede rompieron sus relaciones en 1975, después de que el régimen comunista prohibiera el catolicismo.

Tras años de vivir de espaldas, en enero de 2007, el primer ministro vietnamita Nguyen Tan Dung visitó la Santa Sede, donde fue recibido por Benedicto XVI. En diciembre de 2009 acudió al Vaticano el presidente de Vietnam, Nguyen Minh Triet, la primera visita de un gobernante vietnamita, considerada por el Vaticano como un "significativo" paso para el progreso de las relaciones bilaterales.

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