BARCELONA, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
El sector del esquí catalán volvió a vivir un fin de semana 'negro'. Al ya tradicional bajón en el fin de semana entre la Purísima y la Navidad, se sumó la poca nieve y la baja afluencia de visitantes en las estaciones de esquí del Pirineo catalán.
La Masella está abierto desde el pasado lunes con seis remontadores, 12 pistas con 600 metros de desnivel y nieve artificial. El estado de la nieve era bueno con un grosor de 20 centímetros. La afluencia de público ha sido "satisfactoria", informó un portavoz de la estación a Europa Press, que no ofreció datos exactos.
Boí Taüll está funcionando con dos pistas abiertas con nieve artificial. La ocupación hotelera es del 26%, por lo que hay una alta disponibilidad de plazas. Se pronostica que para el próximo fin de semana, que coincide con las fiestas navideñas, nieve y por lo tanto se logre con una buena ocupación.
Port Ainé, por su parte, cuenta con diez pistas abiertas pero tan sólo una con nieve natural, seis remontadores en funcionamiento y una pista negra funcionando en la cota de 1650 metros. En cuanto al grosor de la nieve se encuentra entre 5 y 30 centímetros.
