La Guardia Civil detiene a siete personas en una operación contra el expolio arqueológico submarino

Actualizado: sábado, 6 mayo 2006 0:00


MADRID, 5 May. (EUROPA PRESS) -

La Guardia Civil ha detenido a siete personas, e imputado a otras 2, acusadas de integrar una organización de ámbito internacional dedicada al expolio arqueológico submarino en las costas andaluzas.

Entre los detenidos figura un historiador italiano afincado en Sevilla, que aportaba la información sobre la ubicación de los pecios, que provenía en parte de archivos históricos oficiales.

Además, han sido requisados sofisticados dispositivos para localizar restos arqueológicos y asentamientos funerarios y detectar objetos de valor.

La operación, realizada en colaboración con la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, permitió además requisar numeroso material en las provincias de Sevilla, Madrid, Cádiz, Murcia y Ciudad Real. Entre los detenidos, figura igualmente un submarinista profesional y algunos de los contactos con las redes de expoliadores americanos encargados de abrir las distintas líneas de búsqueda de pecios en las costas españolas, así como de conseguir los permisos oficiales para encubrir los saqueos, a través de empresas legales constituidas en terceros países.

La intervención, denominada 'Bahía II', es la continuación de una actuación previa desarrollada por la Guardia Civil en Cádiz, donde se requisaron dos barcos y distintas piezas de arqueología extraídas del fondo marino, así como abundante instrumental para realizar las inmersiones submarinas.

Tras estas investigaciones, se abrió una segunda línea de trabajo en la que se determinó que un grupo de ciudadanos españoles, americanos e italianos, podrían ser los cabecillas de esta organización. En esta segunda fase de la operación, la Benemérita practicó cuatro registros en Madrid, uno en Sevilla, dos en Algeciras (Cádiz) y otros dos en Murcia, donde se dio con los cerebros de esta trama y con el historiador que aportaba la información sobre la ubicación de los pecios en las costas andaluzas y otros puntos del mundo, que procedía en parte del Archivo General de Indias de Sevilla, y de la Biblioteca Nacional.

Según explicó la Guardia Civil en rueda de prensa, el historiador detenido es un italiano afincado desde hace más de diez años en Sevilla, C.B. de unos 50 años, al que se han intervenido miles de anotaciones históricas y tecnología desconocida por los expertos que nunca antes había sido intervenida. Entre la documentación, disponía de datos precisos sobre yacimientos arqueológicos en el fondo marino andaluz, de Levante, y de zonas del Caribe, India o China.

DETENCIONES EN CINCO PROVINCIAS

En total se detuvo a siete personas y se imputó a dos: en Sevilla, Madrid, Algeciras (Cádiz), Cabo de Palos (Murcia) y en Ciudad Real, y entre el material requisado destacan varios ficheros con anotaciones de naufragios en todo el mundo, cartas náuticas, GPS, detectores de metales, cartografía de la zona del expolio y un robot de filmación submarina a control remoto con capacidad para trabajar a una profundidad de 500 metros.

Entre todo este material se destaca también el hallazgo de un sofisticado dispositivo capaz de encontrar distintas materias de origen arqueológico, a través del barrido de frecuencias. Este equipo portátil se lleva en una mochila y discrimina la búsqueda en función de los parámetros aplicados por el caza-tesoros. La señal emitida puede localizar restos de calcio, como en el caso de los enterramientos, oro, bronce, plata, hierro, etc., que son elementos propios de los yacimientos.

Por otra parte, encontró un equipo con capacidad para situar huecos debajo de tierra, de mucho interés en el caso de búsquedas específicas de tumbas y asentamientos funerarios, pudiendo extraer ajuares funerarios de gran valor. Con esta tecnología, los caza-tesoros eligen la zona según la acotación histórica del entorno, luego se proveen de planos del lugar que contrasta con información extraída de Internet y archivos de renombre; a continuación, realiza un trabajo de campo 'in situ' que fija en el plano con el uso de un equipo GPS, archivando los datos para posibles expoliaciones.

Además, los agentes detectaron que los expoliadores estaban usando fotografías obtenidas por satélite para localizar y ubicar yacimientos arqueológicos, información que obtenían en Internet.