MADRID, 6 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un estudio elaborado por el Observatorio Permanente de la Inmigración pone de manifiesto una buena integración por parte de los hijos de los inmigrantes en el ámbito educativo, con unas tasas de escolarización a los 16 años ligeramente superiores a las de los españoles -52,2 frente al 50,8 por ciento-. El mismo informe revela un retraso en las etapas escolares, lo que en conjunto da que pensar que el proceso de integración "aún está en marcha aunque este colectivo no está abocándose hacia una inserción degradante", según interpretó la secretaria general de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí.
El estudio se basa en encuestas a 593 personas de entre 16 y 25 años que viven en Madrid y Barcelona, de los que la mayoría llegó a España antes de cumplir los nueve años. Más de la mitad de ellos está escolarizado aunque, paradójicamente, sólo un 16 por ciento cursa Bachillerato, el tramo de estudios que corresponde a la edad junto a FP y que arroja un porcentaje que es justo la mitad que el de los españoles.
Según explicó Rumí, esto se explica en parte por el retraso en los estudios ya que el 33 por ciento de los que siguen estudiando a los 16 años están en Secundaria y un 17,5 estudia FP. El ocho por ciento de los encuestados estaba cursando estudios universitarios.
"Estos resultados nos llenan de optimismo en relación a la integración social del colectivo y rechazan la idea de que los hijos de inmigrantes abandonan generalmente la escuela", aseguró Rumí quien no obstante advirtió que el comportamiento de estos jóvenes no es homogéneo según las nacionalidades.
Así, por ejemplo, aunque los marroquíes son los que mayor tasa de abandono escolar tienen, también son los que en mayor número cursan FP, mientras que los peruanos son los que más acceden a la universidad y los dominicanos son los que en general se quedan más rezagados. Todos ellos, en mayor o menor medida, adquieren una formación superior a la de sus padres.
ALTA TASA DE ACTIVIDAD
En cualquier caso, según denunció una de las autoras del estudio, Rosa Aparicio Gómez, el nivel de formación no garantiza una mejor colocación laboral posterior. Así, un 37 por ciento trabaja, un 12,6 por ciento estudia y trabaja a la vez y menos de un 9 por ciento está en situación de desempleo. Por tanto, tienen una tasa de actividad superior a la de los españoles, y casi un tercio manifiesta haberse sentido discriminado en la búsqueda de trabajo, un 19 por ciento por motivos racistas.
Todos ellos se colocan mejor que sus padres y, entre ellos, son los marroquíes los que mejores empleos encuentran, seguidos de los dominicanos, mientras que los peruanos, a pesar de tener una mayor formación universitaria, tienen peores empleos. A juicio de la autora, esto se debe a que mientras que marroquíes y dominicanos tienden a relacionarse con su propio grupo, además de con los españoles, los peruanos prefieren separarse de su colectivo y relacionarse con los españoles.
"Los primeros consiguen unas redes de apoyo que les permiten colocarse mejor, mientras que los peruanos no tienen redes entre su propio grupo y, al mismo tiempo, no han hecho lazos fuertes con los españoles que les faciliten un mejor empleo", concluyó.
