Javier Martínez-Brocal desentraña en 'El Vaticano como nunca te lo habían contado' el "alma" de la basílica

Publicado: miércoles, 27 junio 2018 17:40

MADRID, 27 Jun. (EUROPA PRESS) -

El director de la agencia de noticias vaticanas Rome Reports desentraña en el libro 'El Vaticano como nunca te lo habían contado' (Planeta) el "alma" de la Basílica de San Pedro, desvelando los secretos y las historias que se esconden detrás de cada estatua o adorno.

"Quería desentrañar de alguna forma el alma de la Basílica de San Pedro y del Vaticano. A veces, las visitas turísticas se quedan un poco secas, te van diciendo los autores pero no te explican por qué el Papa escogió a esas personas, cómo ellos consiguieron traducir en un lenguaje artístico un mensaje religioso que era también un mensaje político", ha explicado Martínez-Brocal en una entrevista con Europa Press.

El escritor y periodista, que cubrió la última etapa de Juan Pablo II y los cónclaves que eligieron a Benedicto XVI y a Francisco, pontífices a los que ha acompañado en la mayoría de sus viajes, señala que para escribir este libro ha tenido que ponerse en la piel de un "detective".

De esta forma, ha descubierto curiosidades como el porqué de la presencia en el Vaticano de la tumba y estatua de una mujer, la condesa italiana Matilde di Canossa, del siglo XI, conocida por mediar entre el Papa Gregorio VII y el emperador alemán Enrique IV, que fue excomulgado tras arrogarse la autoridad religiosa y convocar un supuesto concilio para deponer al Pontífice. "Descubrí que el Papa Urbano VIII quería enviar un mensaje a Lutero y los protestantes", indica.

Para documentarse, también ha recurrido a la lectura de unas siete guías, de ellas dos antiguas, además de varios catálogos publicados con motivo de la celebración en 2006 de los 500 años de la Basílica. "La guía que más me ha ayudado es una del año 1.700 de Francesco Cancellieri, que explica que el baldaquino es más alto que el Palacio Borghese, que es el palacio más alto de Roma", precisa.

En el libro, Martínez-Brocal asegura que el Vaticano es uno de los "pocos lugares en el mundo en los que se puede sentir el peso de la historia" y las ubicaciones que más le impresionan son: la tumba de San Pedro y la vidriera de la Gloria de Gian Lorenzo Bernini.

La primera, la tumba de San Pedro, donde se recuerda la muerte del apóstol, habla al visitante, según explica el autor, "de Jesucristo, de los mártires, de un empresario de su tiempo que lo dejó todo y se fue a la frontera para transmitir un mensaje". Por otro lado, la vidriera, recuerda a la bomba que cayó junto a la basílica durante la II Guerra Mundial y que no explotó.

"Querían destrozar la radio vaticana porque estaba ayudando a los aliados para enviar mensajes. Con la tromba de aire dañaron esta vidriera. Me recuerda que el Vaticano podría no estar ahí, que la guerra de hace pocas décadas lo podría haber destrozado y que hay que aprovecharlo al máximo", apostilla.

En la obra también cuenta hasta qué punto la selección de los artistas ha determinado lo que hoy día pueden ver los visitantes. "Me gusta decir que estos señores hicieron con el arte, con la arquitectura, lo mismo que hicieron los Beatles con la música porque a partir de entonces fueron otra cosa, empezó una nueva era, definieron el skyline de Roma", asegura.

Ente los secretos que cuenta en el libro, Martínez-Brocal considera que los que pueden sorprender más al lector son que en la Basílica de San Pedro, además de los papas y de San Pedro, hay enterradas tres mujeres; que hay un papa al cual en su tumba le atribuyen el mérito del descubrimiento de América, o que hubo un Papa, Sixto V, que puso "mano dura" contra los ladrones en Roma y al que las madres citaban cuando sus hijos no comían --'como sigas así, llamo al Papa'--.

En todo caso, el libro no solo se adentra en las historias del pasado, sino que también aborda algunas que los Papas actuales han vivido en el Vaticano. Así, dedica un capítulo a los confesionarios del Vaticano, por cada uno de los cuales se calcula que pasan al año entre 8.500 y 9.000 personas. En estos confesionarios, según recuerda, han confesado Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.

En cuanto a los más recientes descubrimientos, Martínez-Brocal destaca que el Papa Francisco ha hecho "una cosa preciosa" con la restauración de un crucifijo del año 1.300 que fue "disfrazado" de soldado durante el saqueo de Roma, cuando las tropas de Carlos V entraron en la basílica. Ahora al limpiarlo, han descubierto que tiene los ojos abiertos y es el crucifijo que utiliza el Papa en las ceremonias penitenciales.

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