J.J. Benítez documenta en 'Estoy Bien' 160 casos de vida después de la muerte

Actualizado: sábado, 5 abril 2014 11:47

MADRID, 5 Abr. (EUROPA PRESS) -

   El periodista y escritor navarro Juanjo (J.J.) Benítez documenta en su último libro, 'Estoy bien' (Planeta), un total de 160 casos de vida después de la muerte, fruto de una investigación que comenzó hace 46 años, mucho antes de sus pesquisas sobre el fenómeno ovni.

   El objetivo del libro, según indica el autor, es "transmitir esperanza" a través de las casi 200 experiencias vividas por familiares o amigos de personas que han fallecido, a los que Benítez conoció en alguna de sus más de cien vueltas al mundo y que dicen haber contactado con el 'más allá'.

   El trabajo en esta obra comenzó en 1968 cuando Benítez trabajaba en el Heraldo de Aragón, en Zaragoza, donde conoció a Miguel París, un periodista que durante la II Guerra Mundial había formado parte de la División Azul. París le contó que el 18 de enero de 1942 le encomendaron la misión de transportar varios paquetes de fulminantes desde Novgorod hasta el blocao del teniente Garrido.

   "Empecé a tener problemas. La ventisca era cada vez más violenta. Y, en eso, los rusos empezaron a bombardear la zona. Una granada estalló cerca y me hirió en la cara. La metralla y el hielo me dejaron casi sin visión", le contó a Benítez. Pero mientras caminaba, oyó que alguien le llamaba por su nombre, era un compañero de la segunda compañía de Zapadores, Paco Bacaicoa, que le ayudó a llegar a su destino y con el que mantuvo una conversación.

   Después, conversando con sus compañeros, París se enteró de que Bacaicoa había fallecido en noviembre de 1941, dos meses antes de su encuentro en la nieve.

   Esta es una de las historias que J.J. Benítez recoge en su libro, la que le llevó a buscar más casos por España, Estados Unidos, Cuba, México Venezuela o Argentina, entre otros países. El título de la obra se debe a que la frase 'Estoy bien' es la más repetida en el libro pues es lo que cuentan los entrevistados reproduciendo las palabras de aquellos conocidos del más allá con los que hablaron.

   Otro de los casos que se pueden encontrar en el libro es el de Anaís Meier, una mujer de Miami (EE.UU.) que tuvo que ir al hospital para una infiltración de rodillas. El médico le comunicó que era necesario que pidiera hora para una futura revisión, pero cuando fue a hacerlo tras la consulta, la enfermera le dijo que ya lo había hecho su marido, un hombre mudo que había utilizado una pizarra para expresarse. "Eso no puede ser", exclamó Meier. Su marido, efectivamente, se había quedado casi mudo tras sufrir un cáncer de garganta pero había fallecido hacía un año.

   También hay casos ocurridos en España, uno de ellos, el del 'ascensor de Valme' cuenta la experiencia que vivió un supervisor del Hospital de Valme, en Sevilla, en el invierno de 1989, --del que había estado ausente unos cuantos meses por un curso--. A su vuelta, un día durante un turno de noche el trabajador decidió tomarse un descanso fumando un cigarrillo en la planta sexta, así que se dirigió al ascensor que llegó procedente de abajo.

   "Se abrieron las puertas y encontré a Carmen Montero, auxiliar de enfermería, yo la conocía de años", cuenta. Cuando regresó al despacho y contó con quién se había encontrado, sus compañeros no le podían creer. Carmen Montero del pozo había fallecido hacía más de un año, mientras él estaba fuera.