MADRID, 17 Oct. (EUROPA PRESS) -
Entre 300.000 y 400.000 personas pertenecen a alguna de las cientos de sectas que hay en España y, ante esta situación, la Iglesia ha propuesto más "formación" para prevenir y "acompañamiento". Estas son algunas de las conclusiones a las que se ha llegado en las XXIV Jornadas para Delegados Episcopales y Directores de Secretariados de Relaciones Interconfesionales, sobre 'La realidad de las sectas y la nueva religiosidad en España', que se han celebrado en la Conferencia Episcopal esta semana.
El sacerdote diocesano de Zamora y consultor para las sectas de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales, Luis Santamaría del Río, ha explicado en declaraciones a Europa Press, que en España hay unas 350 sectas, sin contar los grupos satánicos --unos 70--, las sectas del Islam, el sincretismo afroamericano o el budú.
El término 'secta', según ha precisado Santamaría, se utiliza para referirse a un concepto amplio de "religiosidad alternativa", a "grupos autónomos que aglutinan a gente en torno a una cierta doctrina".
En todo caso, aunque el número de personas que pertenecen a sectas se ha mantenido en los últimos años, Santamaría ha precisado que con la crisis "se han multiplicado las ofertas" porque en estos tiempos la gente necesita "agarrarse a algo" y las sectas son un "caldo de cultivo más propicio".
En este sentido, ha apuntado que no hay un perfil concreto de la persona que acaba en una secta, aunque apunta algunas edades "más delicadas". Así, ha indicado que, según un ponente de las Jornadas, la "crisis de los 40" es una edad "propicia".
Para detectar una secta, el experto ha recomendado ver si el grupo "aparenta lo que no es" --a veces tienen apariencia psicológica y luego se encuentra una propuesta que incluye una espiritualidad-- y fijarse en "la dinámica interna, si se crea dependencia con respecto al grupo o a su dirigente y si se mezclan doctrinas".
Sobre el papel de la Iglesia ante el fenómeno sectario, los participantes en las Jornadas han puesto de relieve que debe "acompañar y ayudar a las víctimas" pero también han detectado que "falta información --la mejor prevención-- y formación" para "crear personalidades maduras críticas, que sepan discernir".
Además, desde la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) han ofrecido su disponibilidad para la formación con el fin de que los sacerdotes y demás agentes de pastoral estén capacitados para saber detectar los casos, formar y saber dónde pedir ayuda especializada.
La última jornada de delegados que abordó este tema se celebró hace 25 años y la diferencia, según ha apuntado el experto, es que antes las sectas eran "más populares" y que ahora quizá también se han visto afectadas por la secularización.
No obstante, aunque hacía tantos años que no se trataba el tema, Santamaría ha precisado que este ha sido un asunto abordado incluso por los Papas, ya que Juan Pablo II habló o escribió sobre el mismo casi en cincuenta ocasiones. En cualquier caso, la Iglesia siempre lo ha tomado más que como "un problema o amenaza --que lo es--" como "un desafío" que ha de provocar la pregunta: ¿por qué hay católicos que salen de la Iglesia para entrar en estos grupos?.
