El obispo de Santander abre la Puerta del Perdón, inaugurando el Año Jubilar

Actualizado: domingo, 23 abril 2006 16:31


SANTO TORIBIO DE LIÉBANA (CANTABRIA), 23 Abr. (EUROPA PRESS) -

El obispo de Santander, monseñor José Vilaplana, abrió hoy, con tres golpes de martillo como marca el rito, la Puerta del Perdón del Monasterio de Santo Toribio de Liébana, inaugurando así el Año Santo Jubilar Lebaniego 'Cantabria 2006. Liébana Tierra de Jubilo', ante la presencia de miles de fieles que se desplazaron hasta el lugar.

A la inauguración de este Año Santo asistieron también la ministra de Cultura, Carmen Calvo; el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, la vicepresidenta; Lola Gorostiaga, y el resto de miembros del Consejo de Gobierno, además de alcaldes y diputados de la región y el presidente del PP, Mariano Rajoy.

Igualmente, en la apertura de la Puerta del Perdón participaron otros prelados procedentes principalmente de la Provincia Eclesiástica de Oviedo, a la que pertenece la Diócesis de Santander, y se leyó un mensaje del Papa Benedicto XVI, en el que se anima a los devotos y peregrinos a "vivir este acontecimiento como un don singular de Dios y una ocasión propicia para revitalizar la existencia cristiana" acercándose "a la Cruz redentora de Cristo", de la que en este monasterio se conserva el trozo más grande, el 'Lignum Crucis'.

Así, el Santo Padre impartió, mediante este mensaje, que fue leído ante la Puerta del Perdón por el arzobispo de Oviedo, el cántabro Carlos Osoro, "la implorada Bendición Apostólica".

El acto comenzó a las 11.00 horas con el repicar de las campanas del monasterio y de todas las iglesias de la Diócesis, acompañando a una procesión que partió de uno de los laterales del edificio, presidida por monseñor Vilaplana. A la llegada a la Puerta del Perdón, se leyó el repscrito del Papa Pablo VI, mediante el que concedió en 1967 la indulgencia plenaria para el Año Jubilar Lebaniego, que pasaba entonces a celebrarse durante un año entero.

Después se leyó el Evangelio y del mensaje del Papa Benedicto XVI y, finalmente, monseñor Vilaplana pronunció la 'Oración de la Puerta del Perdón'. Dirigiéndose a Dios pidió que mientras se atraviesa esa puerta, se recuerden las palabras del señor y se haga un esfuerzo por "entrar por la puerta estrecha que conduce a la vida". "Que los que ahora entramos en el santuario material merezcamos luego, por los méritos de tu cruz entrar también en el templo de tu gloria", proclamó.

A continuación, el obispo de Santander declaró inaugurado el Año Santo Jubilar Lebaniego y abrió la Puerta del Perdón con tres golpes de martillo, a los que siguió un minuto de silencio en espera de que Vilaplana, arrodillado en el umbral, rezara unas preces en silencio.

A partir de ese momento, la procesión y los fieles congregados en el lugar pasaron al interior del monasterio, a través de la Puerta del Perdón, y se dirigieron a la Capilla de la Santa Cruz, que alberga el 'Lignum Crucis', con el objetivo de adorarlo.

La comitiva llegó al lugar cantando 'O Cruz Ave', mientras el obispo roció incienso sobre la Santa Reliquia y pronunció una oración en la que se instaba a adorar la cruz, "símbolo de la vida eterna porque en ella Cristo venció a la muerte".

Después del acto de adoración de la reliquia, comenzó la primera Misa del Peregrino, que a partir de hoy se repetirá todos los días del Año Santo, a las 12.00 horas.

'LIGNUM CRUCIS'

El trozo más grande que se conserva de la cruz en la que murió Jesucristo se guarda en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana. El 'Lignum Crucis' llegó a este lugar, que se encuentra rodeado de montañas, acompañando a los restos de Santo Toribio de Astorga, en el siglo VIII por el peligro de la invasión de los árabes.

Según la tradición, esta reliquia corresponde al brazo izquierdo de la Santa Cruz. En la actualidad está serrada también en forma de cruz y en ella puede apreciarse el agujero entero que dejó el clavo en la mano de Cristo.

Se encuentra incrustada en una cruz de plata dorada, de tradición gótica. Según los análisis realizados a la madera, su antigüedad se corresponde con la de la época en la que vivió Jesús.