El Papa advierte de "los riesgos del activismo y la secularización" que pueden provocar el descuido de escuchar a Cristo

Actualizado: domingo, 21 junio 2009 19:38

CIUDAD DEL VATICANO, 21 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Papa advirtió hoy de que "los riesgos del activismo y de la secularización están siempre presentes", por lo que se puede correr el riesgo de "descuidar la necesidad de escuchar a Cristo".

Benedicto XVI durante la celebración de la Santa Eucaristía en la Iglesia de San Pío de Pietrelcina realizó una reflexión para la vida cotidiana en la que subrayó "los riesgos del activismo y de la secularización", por lo que instó a los asistentes a "confirmase en la fidelidad a la misión heredada por el amado Padre".

"Muchos de vosotros estáis sumergidos por las miles de actividades que exige el servicio a los peregrinos, y a los enfermos en el hospital, en donde se puede correr el riesgo de descuidar la verdadera necesidad: escuchar a Cristo para realizar la voluntad de Dios", advirtió el Pontífice.

Durante la homilía el Santo Padre hizo referencia a una "fuerza positiva que mueve el mundo, capaz de transformar y renovar a las criaturas, la fuerza del amor de Cristo". Una fuerza, que según el Papa, "el Señor manifiesta para librarnos del dominio del mal".

Benedicto XVI mencionó también su configuración con Cristo y para ello hizo propia la experiencia del apóstol Pablo: "He sido crucificado con Cristo, y no vivo yo, sino que Cristo vive en mí". Tras estas palabras el Pontífice explicó que no se trata de una pérdida de personalidad, ya que "Dios no anula lo humano" sino que "lo transforma con su Espíritu y lo orienta hacia el servicio de su designio de salvación".

Al final de su homilía se dirigió a los capuchinos presentes y les aconsejó vivir como vivió el santo fraile que "atraía el camino de la santidad con su mismo testimonio, indicando con el ejemplo el binario que a ésta condice: la oración y la caridad".

Tras la celebración de la Eucaristía visitó la cripta donde se encuentran los restos mortales del Padre Pío, sobre la que encendió dos velas, como símbolo de las visitas apostólicas de los dos últimos Pontífices.