El Papa condena la guerra: "No es nunca un remedio satisfactorio contra las injusticias"

El Papa Francisco
REUTERS
Actualizado: domingo, 5 julio 2015 14:29

ROMA, 8 Sep. (EUROPA PRESS) -

El Papa ha condenado enérgicamente la guerra y ha advertido de que "no es nunca un remedio satisfactorio contra las injusticias" ni tampoco sirve para "alcanzar soluciones equilibradas para las discordias políticas y sociales" en un mensaje con motivo del encuentro 'La paz es el futuro', organizado por la Comunidad de San Egidio y en el que participan representantes de diversos cultos.

El Pontífice ha advertido de que "la guerra arrastra a los pueblos hacia una espiral de violencia que es difícil controlar, destruye lo que generaciones enteras han construido y prepara la vía de injusticias y conflictos aún peores".

En esta línea, Francisco ha explicado que la guerra nunca es "necesaria, ni inevitable, pues siempre es posible encontrar una alternativa en el diálogo, en el encuentro y en la búsqueda de la verdad", al tiempo que ha señalado que "la paz es el signo seguro del compromiso por la causa de Dios" y que "los jefes de las religiones están llamados a ser hombres y mujeres de paz".

En el mensaje dirigido a un encuentro interreligioso celebrado en Amberes, Bélgica, el Pontífice ha expresado que esperaba que los días de oración y diálogo de este encuentro "sirvan para recordar que la búsqueda de la paz y de la comprensión a través de la oración pueden crear vínculos duraderos de unidad y prevalecer sobre las pasiones de la guerra". "Ha llegado el momento de que los jefes de las religiones cooperen con eficacia en la obra de curar las heridas, de resolver los conflictos y de buscar la paz", ha añadido.

Francisco ha advertido de que "toda guerra es una matanza inútil", como ya lo hizo su antecesor Benedicto XVI y ha insistido en que los líderes religiosos "son capaces de promover la cultura del encuentro y de la paz cuando otras opciones fracasan".

Por eso, ha llamado a los líderes religiosos a "ser constructores de paz" y a que las comunidades sean "escuelas de respeto y de diálogo" y también "lugares en los que se aprende a superar las tensiones, a promover relaciones equitativas y pacíficas entre los pueblos y los grupos sociales y a construir un futuro mejor para las próximas generaciones".

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