El Papa deja Turquía emocionado y con la esperanza de que su visita sirva para acercarse al Islam

Actualizado: viernes, 1 diciembre 2006 19:30

El país musulmán ha cambiado la imagen de Ratisbona por la de Benedicto XVI rezando en la Mezquita Azul

ESTAMBUL (TURQUIA), 1 Dic. (por Ildefonso González, EUROPA PRESS) -

El Papa Benedicto XVI señaló hoy al dejar Turquía que esperaba que su visita oficial de cuatro días a este país de mayoría musulmana haya podido servir para una "mayor comprensión" entre religiones, sobre todo con el Islam. Asimismo, aseguró que dejaba "una parte de su corazón" en Estambul, a la que calificó de "magnífica ciudad".

El Pontífice hizo estas declaraciones en una breve reunión que mantuvo esta mañana en el aeropuerto internacional estambulí de Ataturk con el alcalde de la ciudad, Kadir Topbas; el gobernador de la región, Muammer Guler; y un comandante militar. También le acompañaron en su despedida el Patriarca Ecuménico, Bartolomeo I; el Patriarca Armenio, Mesrob II y el metropolita sirio-ortodoxo, Fluksinos Yusuf Cetil, así como varios obispos de diferentes ritos cristianos y miembros de la Conferencia Episcopal de Turquía.

"Para el Pastor Supremo de la Iglesia Católica, el diálogo es un deber. Doy gracias al Señor por haber podido dar un signo de este diálogo y a favor de una mayor comprensión entre las religiones y las culturas, en particular con el Islam", manifestó Su Santidad. En este sentido, el gobernador provincial valoró que la visita del Papa "ha cambiado un aspecto erróneo con que se mira al Islam".

En su último día en Estambul, el Papa ofició una Misa --la segunda después de la celebrada en la "Casa de María" (Efeso)-- en la Catedral del Espíritu Santo, dedicada a Benedicto XV, en quien se inspiró el otrora cardenal Ratzinger para escoger su nombre pontifical.

El Pontífice aprovechó la homilía para asegurar que la Iglesia "no quiere imponer nada a nadie" y que sólo pretende "poder vivir libremente para revelar a Jesús", en una referencia implícita a la controvertida situación que vive la minoría católica en Turquía, es decir, el 0,04% de la población total. El Papa se dirigió especialmente a dicho colectivo, recordándole que, aunque vive entre personas que no comparten su fe, éstas "declaran tener la fe de Abraham y adoran con nosotros al Dios único y misericordioso".

El Santo Padre invitó además a todas las iglesias cristianas a "trabajar juntas por la unidad en la verdad y en la caridad". En este sentido, se refirió al deseo profético de su antecesor Juan Pablo II de que en el tercer milenio la Iglesia consiga la "plena unidad", si bien reconoció que "esta esperanza aún no se ha realizado".

BALANCE

Precisamente, el diálogo ecuménico ha centrado la agenda de Benedicto XVI durante su estancia en Turquía y de su encuentro con el Patriarca Ecuménico, Bartolomeo I, salió una importante declaración conjunta con la que se pretende dar un paso más hacia el fin de la separación que viven las iglesias católica y ortodoxa desde hace casi un milenio.

Asimismo, no ha escatimado esfuerzos en gustar a sus autoridades, a las que mostró su apoyo en su intento de entrada en la Unión Europea (UE), y en tender puentes hacia el Islam, incluyendo una polémica visita al Museo de Santa Sofía y la Mezquita Azul, en la que rezó por espacio de un minuto.

Pero el Papa ha dado una de cal y otra de arena, y no se ha censurado a la hora de denunciar que no se puede asesinar a inocentes en nombre de Dios y de recordar que la libertad de religión es un requisito imprescindible para formar parte del 'club comunitario'.

A pesar de las preocupaciones sobre la integridad física de Su Santidad, el operativo de seguridad ideado por las autoridades turcas, consistente en cortar el tráfico en muchas calles y en juntar a cuantos más policías y soldados mejor (unos 16.000 en total), ha funcionado como una máquina perfectamente engrasada. Las manifestaciones en contra de su visita han sido testimoniales y en ningún momento han complicado una agenda cargadísima.

Sin embargo, el momento de mayor tensión no se vivió en las calles, sino en los despachos. El primer día, después de una doble cordial reunión con el primer ministro y el presidente turcos y una visita al Mausoleo de Ataturk, Benedicto XVI se las tuvo que ver con el máximo responsable de Asuntos Religiosos, Ali Bardakoglu.

El erudito le recordó al Papa que declaraciones como las que hizo en la Universidad de Ratisbona (Alemania) fomentan la "islamofobia". El Papa apenas si se inmutó y abogó por mostrarse conciliador y destacar la "necesidad vital" de un diálogo "sincero basado en la verdad" entre católicos y musulmanes

EL PAPA "SIMPATICO"

Pero fue en el día de ayer, con su oración o momento de meditación en la Mezquita Azul, cuando el Pontífice se ganó a los turcos, a quienes ya les había declarado su "amor" en Efeso. El otrora cardenal Ratzinger recibió hoy el calificativo de "simpático" en un editorial del popular diario 'Hurriyet', que le felicitó por rezar al estilo musulmán, de pie y con las manos apoyadas en el estómago.

En general, las reacciones a su viaje oficial han sido muy positivas, recibiendo elogios tanto de la prensa, como de las autoridades gubernamentales y religiosas. "Entre las muchas cosas que están saliendo a la luz debido a este viaje apostólico a Turquía, están las caras de la gente común, felices de que el Papa esté en su país. Muchos amigos musulmanes están confirmándolo. No han obviado a tan amado Pontífice, que tiene además toda la voluntad de identificarse con la realidad turca", declaró ayer el portavoz de la Conferencia Episcopal de Turquía, monseñor Georges Marovitch.

Mientras, el líder de los ortodoxos Bartolomeo I se ha mostrado convencido de que la visita de Benedicto XVI, además de ser "histórica", ha tenido un "valor incalculable" en el "proceso de reconciliación" entre las dos iglesias.

"La unidad es una responsabilidad preciosa, pero al mismo tiempo una responsabilidad difícil que hay que asumir si no es compartida entre los hermanos. La historia del último milenio es un doloroso recuerdo de esta realidad. Sin duda, con la ayuda de Dios, (la visita del Papa) nos ofrece la oportunidad de dar un paso adelante beneficioso en el proceso de reconciliación entre nuestras Iglesias", afirmó hoy.