El Papa lamenta que las acciones internacionales dependan "de las decisiones de unos pocos"

Actualizado: viernes, 18 abril 2008 20:05
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Benedicto XVI pidió a los responsables internacionales que promuevan conjuntamente la solidaridad con las regiones más débiles

   MADRID, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Benedicto XVI abogó ayer en las Naciones Unidas por reforzar "el reconocimiento de la dimensión trascendente del ser humano" para fomentar la paz y el desarrollo. Y recordó, que cuando se abandona esa referencia "los fundamentos objetivos de los valores que inspiran y gobiernan el orden internacional se ven amenazados, y minados en su base los principios inderogables e inviables formulados y consolidados por las Naciones Unidas".

   El Papa llegó ayer a Nueva York para participar en la Asamblea General de las Naciones Unidas y convertirse, así, en el tercer pontífice --después de Pablo VI y Juan Pablo II-- en visitar la sede de esta institución.

   Benedicto XVI recordó la responsabilidad que tiene la ONU, a nivel internacional, de defender los derechos de la persona. "Derechos --dijo-- basados y plasmados en la naturaleza trascendente de la persona". Por eso, advirtió de que el reconocimiento de esta dimensión "debe ser reforzado si queremos fomentar la paz la esperanza de la humanidad en un mundo mejor, y crear condiciones propicias para la paz, el desarrollo, la cooperación y la garantía de los derechos de generaciones futuras".

   En este sentido, apuntó que, en el pasado, "cuando se abandonó la referencia al sentido de la trascendencia y de la razón natural, se violaron gravemente la libertad y dignidad del hombre". "Cuando se está ante nuevos e insistentes desafíos, es un error retroceder hacia un planteamiento pragmático, limitado a determinar un terreno común, minimalista en los contenidos y débil en su efectividad", agregó.

   Benedicto XVI también abogó por "intervenciones conjuntas por parte de la comunidad internacional" ante los problemas del mundo, frente a la "paradoja de un consenso multilateral, que sigue padeciendo un crisis a causa de su subordinación a las decisiones de unos pocos".

   "Ciertamente, --continúo el Papa-- las cuestiones de seguridad, los objetivos del desarrollo, la reducción de las desigualdades locales y globales, la protección del entorno, de los recursos y del clima, requieren que todos los responsables internacionales actúen conjuntamente y demuestren una disponibilidad para actuar de buena fe, respetando la ley y promoviendo la solidaridad con las regiones más débiles del planeta".

   Recordó, particularmente, a "aquellos países de África y de otras partes del mundo que permanecen al margen de un auténtico desarrollo integral, y corren por tanto el riesgo de experimentar sólo los efectos negativos de la globalización".

   También habló sobre algunos aspectos de la investigación científica y tecnológica, que "representan una clara violación del orden de la creación, hasta el punto en que no solamente se contradice el carácter sagrado de los días, sino que la persona humana misma y la familia se ven despojadas de su identidad natural".

   El Pontífice también se refirió a la necesidad de la intervención de la comunidad internacional en aquellos estados que no pueden "proteger a la propia población de violaciones graves y continuas de los derechos humanos". "La acción de la comunidad internacional y de sus instituciones, dando por sentado el respeto de los principios que están a la base del orden internacional, no tiene por qué ser interpretada nunca como una imposición injustificada y una limitación de soberanía", manifestó.

"NO SE PUEDE LIMITAR LA LIBERTAD RELIGIOSA AL LIBRE EJERCICIO DEL CULTO"

   Sobre la libertad religiosa, Benedicto XVI consideró "inconcebible" que los creyentes "tengan que suprimir un para de sí mismos para ser ciudadanos activos". "No se puede limitar la plena garantía de la libertad religiosa al libre ejercicio del culto, sino que se ha de tener en la debida consideración la dimensión pública de la religión y, por tanto, la posibilidad de que los creyentes contribuyan a la construcción del orden social", añadió.

  Así, resaltó la labor de la Iglesia en la sociedad, por ejemplo, "a través de su implicación influyente y generosa en una amplia red de iniciativas". "El rechazo a reconocer la contribución a la sociedad que está enraizada en la dimensión religiosa y en la búsqueda del Absoluto privilegiaría efectivamente un planteamiento individualista y fragmentaría la unidad de la persona", advirtió el Pontífice.

   El Papa se trasladó a Nueva York después de tres días en Washington, donde se reunió con el presidente del país, George Bush, con los obispos norteamericanos y con 45.000 fieles en la Eucaristía celebrada en el 'Nationals Stadium'. También mantuvo un encuentro, por sorpresa, con tres víctimas de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes. Este escándalo ha centrado casi todas las alocuciones papales.