Papa.- Los primeros fieles toman posiciones en el Obradoiro para seguir la eucaristía de Benedicto XVI

Catedral de Santiago de Compostela
EP
Actualizado: sábado, 6 noviembre 2010 9:47

Durante la noche hubo baja afluencia en los bares de Santiago y se pudieron ver las primeras colas en los alrededores de la catedral

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -

El acceso a la Plaza del Obradoiro fue abierto este sábado a las 8.00 horas para que, tras pasar rigurosos controles de seguridad, los primeros fieles fuesen tomando posiciones para seguir la eucaristía que esta tarde presidirá a los pies de la catedral compostelana el Papa.

Flanqueados por una intensa presencia policial y asistidos por unos 150 voluntarios, los primeros fieles accedieron al Obradoiro provistos de mantas o sacos de dormir, ya que algunos pasaron la noche a la intemperie para poder garantizarse uno de los primeros puestos en las filas que completan las 6.000 sillas dispuestas frente al altar. En media hora, en torno a un 15 por ciento del aforo había sido completado y poco a poco las sillas de la Plaza del Obradoiro irán siendo ocupadas.

Uno de los primeros en acceder fue Jesús Núñez, de Santiago de Compostela, quien provisto de un estandarte elaborado por él mismo con estampitas de santos bendecidas y fotografías del Papa y de la Catedral, expresaba a Europa Press su "emoción" por poder seguir de cerca la eucaristía que oficiará el Pontífice tras permanecer desde las 23.00 horas del viernes en los accesos.

Cantando canciones acompañados de guitarras, un grupo de adolescentes fue otro de los primeros en acceder al Obradoiro con la pertinente bolsa de plástico con bocadillos y bebidas para hacer más llevadera la espera. Benigno Basala, procedente de Ourense, contaba que estuvo en los alrededores de la Catedral desde las 19.00 horas del viernes "haciendo vigilia" para poder compaginar "un aspecto religioso y lúdico".

Por su parte, un joven sacerdote de Ferrol, Felipe Rosario, expresó el "privilegio" de poder contar en primera persona el mensaje que trasladará Benedicto XVI en su peregrinaje a Santiago de Compostela. "Es un momento importante porque a veces la fe se debilita con cosas como los abortos, los divorcios o la marcha de jóvenes, pero el Papa viene a alentar a los cristianos y este acontecimiento nos ayuda a juntarnos y visualizar a la Iglesia y las personas de fe para compartir un día de fiesta", manifestó.

VOLUNTARIOS

Entre algunas pancartas elaboradas por grupos de asistentes, como una en la que podía leerse "Vigo con el Papa", más de un centenar de voluntarios asisten a quien tiene dudas sobre su ubicación. Este grupo de personas, en su mayoría jóvenes, está organizado en cuatro equipos para atender los aspectos de orden, limpieza, ayuda sanitaria y acomodación.

Respecto a la circulación, a primeras horas era fluida en el centro y los alrededores de Santiago y el plan de movilidad se cumplía con normalidad. A partir de las 8.00 horas empezaron también a llegar autobuses a las cuatro explanadas dispuestas a las afueras de la capital gallega.

ESPERA DESDE LA NOCHE

La afluencia en los bares compostelanos no fue la de una noche de viernes habitual y, en esta ocasión, las colas se formaban en torno al Obradoiro, en cuya única puerta de acceso para seguir la misa papal, ya se aglutinaban creyentes, tres de ellos, monjes benedictinos.

La llegada de fieles a Santiago se ha dejado notar a última hora de la tarde en el centro histórico, donde se produjeron las primeras esperas en locales de hostelería, que este sábado pueden abrir las 24 horas.

La meteorología acompaña en la capital gallega y, pese al frío y la niebla que ya había estado presente en las últimas madrugadas, la noche fue adecuada para celebrar el principio del fin de semana.

"Será dura y fría, pero (la llevamos) con ánimo", expresaron, no obstante, los monjes venidos de Samos que aguardaban la apertura, a las 8.00 horas, de la entrada de la plaza del Obradoiro.

En los primeros puestos de la cola que, a las once de la noche, ya contaba con medio centenar de personas, también figuraba una mujer santiaguesa, Carmen, que aseguraba que "por ver al Papa" merece la pena aguantar tantas horas de cola. "Quedarse en casa seria desperdiciar esta oportunidad", ha explicado.

Más atrás, en la cola, resultaba pintoresco observar a cuatro jóvenes coreanos, estudiantes de Erasmus en Santiago que, al comprobar que había menos gente de la que pensaban, decidieron aguardar en la zona de Fonseca hasta que a las ocho de la mañana se les permitiese acceder al Obradoiro.

NORMALIDAD EN LAS HORAS PREVIAS

Si bien locales que normalmente rozan el lleno absoluto tenían clientela, algunos bares permanecían casi vacíos a horas punta de la salida nocturna.

Paralelamente, algún negocio de alimentación aprovechaba la amnistía dada para la apertura de establecimientos y pasadas las 2.00 de la madrugada todavía ofrecía "bocadillos fríos y bebida a 4,5 euros".

Durante las horas previas a la llegada de Benedicto XVI, las conversaciones en bares y en las calles en torno a la visita papal eran inesquivables, tanto a favor de la llegada de Su Santidad, como en contra.

La oposición a la visita se plasmó en camisetas reivindicativas en las que en la noche compostelana se podía leer el rechazo al evento papal y que, junto a las banderas blancas y amarillas que desde hace días cuelgan de los balcones, ilustran una visita del líder católico que duplicará la población de la capital gallega.

La visita de Su Santidad también ha servido de excusa para que un grupo de jóvenes que están en Santiago para cursar sus estudios con una beca Erasmus celebrasen su llegada. Para ello, se vistieron sendas mitras de papel que rezaban un "bienvenido".

"Venimos de una fiesta de bienvenida por la visita del Papa", aseguró una de las chicas, quien reconoció que era una forma de celebrar "una fiesta".

Las pantallas de la televisión dispuestas y las vallas colocadas permanecían custodiadas por numerosos efectivos policiales que también velaron toda la noche por la seguridad en cada una de los rincones de la ciudad y, especialmente, en los aledaños a la plaza de la Catedral compostelana.

Mientras, un grupo de vecinos de Ponteareas --tradicional en la confección de mantos de flores en las calles especialmente en la festividad del Corpus Cristi-- trabajaba de madrugada para culminar una alfombra de flores en la plaza de la Inmaculada.

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