Los peligros de las drogas ilegales más consumidas en España

      
Actualizado: sábado, 19 abril 2014 23:51

MADRID, 19 Abr. (EUROPA PRESS) -

   ¿Cuáles son las drogas ilegales más consumidas en España? ¿Y sus peligros potenciales? Aquí puedes comprobar la lista de estas sustancias, según la encuesta anual de Sanidad.

cannabis

   1.- Cannabis: La sustancia ilegal más consumida en España. Según el Ministerio de Sanidad, en el año 2012 el 9,6% de la población española la tomó en algún momento. La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) señala como su riesgo principal el aún discutido "síndrome amotivacional": apatía y pérdida de interés en el individuo. Este síntoma se une a una disminución de la capacidad de concentración y de memorización, especialmente en consumidores diarios de esta sustancia.

    El humo del cannabis es más perjudicial para el pulmón humano que el del tabaco, y puede producir enfermedades en las vías respiratorias. En hombres jóvenes puede producir un retraso en el inicio de la pubertad, y en mujeres podría interrumpir el ciclo menstrual o producir problemas en la ovulación.

   El consumo del cannabis es dañino para el feto durante el embarazo, pues el THC atraviesa la barrera placentaria. También para el bebé en la lactancia.

   Además, está constatada la potencialidad del cannabis como elemento desencadenante de psicosis y cuadros delirante- alucinatorios en personas con riesgo a padecerlos.

Cocaína

   2.- Cocaína: Según los datos de la encuesta anual de sanidad, un 2,3% de la población española la consumió en algún momento en el año 2012. Los riesgos de consumir esta sustancia son múltiples. Puede producir hemorragias nasales, problemas respiratorios y alteración del sueño. También inquietud, irritabilidad y agresividad. Puede provocar cefaleas o accidentes vasculares, que podrían llegar al infarto cerebral.

   Uno de sus efectos más perniciosos son las complicaciones psiquiátricas que puede conllevar su consumo: crisis de ansiedad y disminución de la memoria y de la capacidad de concentración. Asimismo, la cocaína puede provocar la llamada "psicosis cocaínica", que consiste en la aparición brusca de ideas paranoides que llevan al consumidor a un estado de confusión, pudiendo producir verdaderas crisis de pánico y alucinaciones.    

Éxtasis

   3.- Éxtasis: El Ministerio de Sanidad afirma que esta sustancia fue consumida por el 0,7% de los españoles en 2012. Según la FAD, después de unas horas de su ingesta, la euforia inicial da paso a un estado de agotamiento, de tristeza, de ansiedad y agresividad. Esta fase puede durar varios días.

   El éxtasis puede provocar riesgos en el organismo, como la alteración grave del ritmo cardíaco, subida de la temperatura corporal, contracción de la mandíbula, temblores y convulsiones. El consumo de éxtasis puede dar lugar a la aparición de toxicidad aguda, muy rara pero extremadamente grave. Esta droga puede provocar insuficiencias renales y hepáticas.

   El éxtasis puede abocar a riesgos psicológicos, como crisis de ansiedad, trastornos depresivos o alteraciones psicóticas (el sentimiento de no ser el mismo, de volverse loco, puede sobrevenir de inmediato o en los días siguientes a su consumo).

Speed

   4.- Anfetaminas/Speed: La encuesta anual de Sanidad indica que el 0,6% de los españoles tomó esta droga en 2012. La sobredosis de anfetaminas aumentan la temperatura del cuerpo y pueden causar irritabilidad, convulsiones e incluso la muerte.

   Si se consume de forma frecuente, este fármaco da lugar a depresiones severas. Asimismo, también puede aparecer un cuadro llamado psicosis tóxica anfetamínica, que a menudo se confunde con esquizofrenia. El abuso crónico de las anfetaminas provoca aparición de acné y trastornos en cabello, dientes, encías y uñas.

LSD

   5.- Alucinógenos: El Ministerio de Sanidad cifra su ingesta en un 0,4% de la población española. Según la FAD, existen datos contundentes en cuanto a las secuelas en la esfera psicológica del consumo de alucinógenos como el LSD. Destacan los trastornos de depresión y ansiedad. Uno de los mayores peligros en relación con el consumo del LSD es el llamado "flash- back" o retorno de la vivencia tenida con la droga, sin mediar una nueva dosis. Esto conlleva riesgos considerables para la integridad de la persona.

   También se pueden presentar episodios depresivos graves, cuadros psicóticos de tipo esquizofrénico, conductas de carácter paranoide o deficiencias en la memoria y en el pensamiento abstracto.

Setas mágicas

   6.- Setas mágicas: Sanidad sitúa su ingesta en el 0,4% de la población española, al igual que los alucinógenos.

   Según la FAD, a pesar de que no se conocen claramente los riesgos del consumo a largo plazo, su consumo de forma abusiva puede provocar importantes alteraciones psicológicas. Dichas alteraciones suelen manifestarse en crisis de ansiedad y de pánico, así como en inestabilidad emocional de impredecible duración en el tiempo.

Ketamina

   7.- Ketamina: Los datos oficiales de Sanidad afirman que un 0,2% de los españoles lo tomó en algún momento de 2012. Si hay sobredosis de esta sustancia, puede dar lugar a la pérdida total de conciencia, el coma o incluso la muerte.

   Asimismo, su consumo puede dar lugar a lo que se ha llamado "un mal viaje": crisis de pánico y sensaciones muy desagradables. También puede producir depresión respiratoria y paro cardíaco. Trastornos de ansiedad, paranoias y flash back son otros efectos negativos a tener en cuenta si se va a consumir esta droga.

   A largo plazo puede provocar daño cerebral, problemas de memoria, de concentración o deterioro de habilidades linguísticas. También dificultades en la digestión, en la micción, problemas oculares y alteraciones del sueño.

Heroína

   8.- Heroína: Sanidad indica que un 0,1% de españoles la consumió en 2012. El uso continuado de la sustancia puede producir alteraciones de la personalidad, trastornos de la memoria, de ansiedad y depresión. Si se consume se manifiesta una enorme dependencia que hace que toda la vida del consumidor gire en torno a la sustancia.

   Otros efectos dañinos que provoca su consumo son las alteraciones de la nutrición, afecciones gastrointestinales, dolencias cardiovasculares, alteraciones hepáticas y renales. Asimismo, pueden aparecer problemas dentales, patologías ginecológicas y abortos espontáneos.

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