Un piragüista de Pontevedra salva la vida a un niño que estuvo a punto de morir ahogado en el Río Lérez

Actualizado: lunes, 16 octubre 2006 20:46

El deportista se arrojó vestido al agua ante la llamada de socorro de la gente

PONTEVEDRA, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -

Un piragüista de Pontevedra salvó la pasada tarde la vida a un niño de 7 años de edad que estuvo a punto de morir ahogado en el Río Lérez en la capital pontevedresa.

"Todavía estoy asustado", explicó a Europa Press Televisión Javier Villanueva Pérez. "No puedo quitarme de la cabeza la imagen del niño con las palmas hacia arriba y con los ojos en blanco", afirmó y reconoció que llevaba "casi toda la noche sin dormir".

Sobre las 19.00 horas del domingo, el menor se encontraba jugando con unos amigos en una rampa situada frente al Club de Piragüismo Ciudad de Pontevedra cuando resbaló y se precipitó al agua.

En ese momento, Javier, que además de piragüista es vicepresidente del Club Ciudad de Pontevedra, y que estaba en el interior del local "porque había olvidado una ropa", escuchó los gritos de la gente.

"Escuché gritar '¡socorro, que se ahoga!' y al salir vi a una señora que me señala y me dice 'por favor que se está ahogando' y entonces vi al niño en el río", recordó.

En ese momento, el piragüista observó al niño "con las palmas hacia arriba y con los ojos en blanco, y que se iba", por lo que echó a correr y se tiró al agua saltando por encima del pasamanos de la rampa.

"SIN PENSAR"

"Me tiré sin pensar si la marea estaba baja o no, cogí al chaval, lo presioné hacia mí, porque yo me temía lo peor, y al salir con él hacía arriba reaccionó y me agarró por el cuello", explicó.

Ante la posibilidad de que el pequeño, al verse en esa situación, pudiera dificultar todavía más el rescate, Javier intentó tranquilizarlo por todos los medios. "Lo peor fue nadar porque nos llevaba la corriente", especialmente fuerte cuando la marea está baja. "Imagínate, yo nadando contracorriente, vestido con camisa, vaqueros, zapatos y el niño vestido y nervioso; pero Dios me ayudó y nadé cómo pude", añadió.

Una vez en la orilla, el niño, que lloraba sin parar "y tenía un frío impresionante" se recuperó perfectamente. Ahora el pequeño se repone del susto en su casa en compañía de su familia, después de que los médicos confirmaran su buen estado, y Javier Villanueva continúa con su rutina.