MADRID, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -
El presidente del PP, Mariano Rajoy, se decidió esta tarde a presentar la polémica biografía de Esperanza Aguirre recurriendo continuamente a la ironía, hasta el punto de que llegó a citar la célebre frase del Conde de Romanones "¡joder, qué tropa!", al recordar su reacción al conocer algunos de los contenidos del citado libro. No obstante, admitió que ese libro --que contiene numerosas críticas de la presidenta madrileña a Alberto Ruiz-Gallardón-- suponía una "injusta ayuda editorial de la providencia" para el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
"Cuando lean ustedes este libro acuérdense de la providencia. No es justo que le eche una mano a Zapatero", subrayó, alegando que los resultados del último CIS mostraban que los españoles veían ya al jefe del Ejecutivo como un "rey desnudo". "Y recibe una ayuda editorial de la providencia, que queda en deuda conmigo, que además soy creyente, y no Zapatero, que solo cree en él y en José Blanco", apostilló.
En presencia de Esperanza Aguirre, de la cúpula del Gobierno de Madrid, del portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, y de algunos de los secretarios Ejecutivos del partido, Rajoy inició un discurso "a la gallega" en el que afirmaba que hace tiempo descubrió que no había nadie menos inteligente que él mismo y que, "si quería seguir por ahí", debía centrar sus esfuerzos en la defensa del interés general.
Prosiguió diciendo que también era consciente de que había que convivir "con quien corresponde", sin olvidar "que cada cual es cada cual en la viña del señor" y que había "que decir la verdad" o, al menos, no mentir. Echo este preámbulo, el líder del PP reconoció haber tenido "dudas" sobre lo que tenía que hacer en un día como hoy (Alberto Ruiz-Gallardón declinó acudir al evento dadas las críticas que Aguirre le dedica en el libro).
AGUIRRE, POLÍTICA "POR VOCACIÓN"
A continuación, Rajoy aseveró que conocía a Aguirre y que sabía que estaba en política por "vocación y no por interés personal". Dijo además que ella había dedicado su vida a servir al interés público y lo había hecho "bien", sin llegar a ser "perfecta", una condición que actualmente sólo cumple, ironizó, José Luis Rodríguez Zapatero.
Volvió en ese momento a sus comentarios sobre el contenido del libro, recalcando que le había suscitado muchas dudas, abierto interrogantes, generado ilusiones, dado seguridades futuras y, especialmente, había "roto" la rutina que a veces acompaña la vida de los partidos.
Después, se declaró "admirado" por la "extrañeza" de una condición humana que ha sabido mostrar distintas reacciones ante una misma biografía, ya fuera "en los editoriales o en las cafeterías". "'¿Y qué pensará Gallardón?, se preguntaban' --prosiguió--. Hasta la oposición creyó que había encontrado un programa electoral tras tres años de búsqueda".
Rajoy siguió tirando de su conocido sentido del humor, para "confesar" que en el momento en que conoció el contenido del libro fue dominado por la "perplejidad" hasta el punto de que abandonó su despacho del Congreso y "chocó" con la figura del Conde de Romanones, que está situada enfrente del mismo. "Y me acordé de aquello de '¡joder qué tropa!'", dijo.
Según el peculiar relato de los hechos de Rajoy, se preguntó entonces si podía hacer algo para frenar la polémica creada y se respondió a sí mismo: "volver a lo importante". Aprovechó la ocasión para recomendar a todos los presentes en la sala, que eran muchos, que ante situaciones semejantes optasen por "elevarse y sobrevolar" para así poder ser más felices.
EN EL PP HAY "PECADILLOS"
Rajoy manifestó a continuación que el PP es un partido cuyos integrantes son "como los demás", esto es, "mejorables" y con "algunos pecadillos" y que cuentan en Madrid con "al menos dos ases en la manga", aludiendo a Esperanza Aguirre y al "extraordinario" alcalde Alberto Ruiz-Gallardón. Añadió que Gallardón, "como ella, cuenta con nuestro cariño, afecto y respeto".
Cuando parecía que terminaba el discurso de Rajoy --auguró que el siguiente libro de la editorial Esfera será 'Desventajas y tribulaciones de un Zapatero a la búsqueda de un Sebastián'-- retomó la seriedad para trasladar a Aguirre su "admiración" y desmentir que Javier Arenas, tal y como se apunta en el libro, "ocultara nada a nadie" del partido, aludiendo de esta forma al supuesto tratamiento que dio el ex secretario general del PP a unas encuestas en Madrid. Esas afirmaciones, según Rajoy, son "equivocadas". "Aunque sin duda sin mala intención", remató.
