Reabierta al público, tras un proceso de restauración y rehabilitación de dos años, la Casa de Blas Infante en Sevilla

Actualizado: lunes, 5 julio 2010 23:12

SEVILLA, 5 Jul. (EUROPA PRESS) -

La Junta de Andalucía ha reabierto este lunes la Casa de Blas Infante --la 'Casa de la Alegría', tal y como la bautizara el Padre de la Patria andaluza--, tras un exhaustivo proyecto de restauración y rehabilitación integral que la ha mantenido durante dos años cerrada al público.

Así, coincidiendo con el 125 aniversario del nacimiento de esta emblemática figura y en el marco de esta conmemoración, la Casa de la Alegría, testigo de la trayectoria vital e intelectual de este polifacético y universal andaluz, ha vuelto a abrir sus puertas a todos los andaluces para que puedan disfrutar de la luminosidad y belleza de todos aquellos detalles que forman parte de este simbólico espacio, referente de la historia contemporánea de Andalucía.

Declarada Bien de Interés Cultural el 4 de julio de 2006, está ubicada actualmente en el recinto de la Autonomía de Andalucía, junto al Museo de la Autonomía y el Centro de Investigación de la Memoria de Andalucía, entre las localidades de Coria y La Puebla del Río (Sevilla), lugar donde este lunes el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, ha concluido los actos institucionales realizados a lo largo de la jornada para celebrar el mencionado aniversario.

Griñán, que agradeció a la familia de Infante, y sobre todo a su hija Ángeles, haber conservado "la memoria del padre y el esposo vilmente asesinado", aseguró esta vivienda es "una herencia al servicio de todos los andaluces" y que servirá, además de para conocer mejor al Padre de la Patria andaluza, para "valorar más nuestra autonomía".

La reapertura de la Casa de la Alegría, según informó la Consejería de Presidencia, es el resultado de la culminación de un ambicioso y complejo proyecto de restauración y rehabilitación integral acometido con el objetivo de garantizar la estabilidad estructural y conservación material del inmueble.

La histórica vivienda, en la que el Padre de la Patria andaluza vivió desde la proclamación de la II República hasta su fusilamiento en agosto de 1936, fue adquirida por la Junta de Andalucía a sus herederos en 2001 y abierta al público, como casa-museo, en 2003. Tres años más tarde, fue catalogada como Bien de Interés Cultural --haciéndose extensiva esta protección a los bienes muebles que albergaba en su interior--, algo que coincidió con el inicio de la redacción del proyecto para la conservación y recuperación de los elementos patrimoniales, arquitectónicos y decorativos originales de la construcción, algunos ya en avanzado estado de deterioro.

El proyecto de restauración y rehabilitación de la Casa de Blas Infante, dirigido por el arquitecto Antonio Tejedor Cabrera, ha sido ejecutado en consonancia con las recomendaciones del IAPHA y con el asesoramiento de un comité externo integrado por arquitectos, historiadores y representantes de la familia de Blas Infante, entre los que se encuentran el director del IAPHA, Román Fernández-Baca, o el director del departamento de Historia, Teoría y Composición Arquitectónicas de la Universidad de Sevilla (US).

A partir de ahora, pues, los visitantes podrán recorrer de nuevo las distintas estancias que Blas Infante diseñó y en las que pasó los últimos años de su vida. Además, podrán disfrutar de un innovador discurso museográfico que permite redescubrir la figura del Padre de la Patria andaluza y revitalizar los fundamentos de su pensamiento, que sigue

vigente inspirando el compromiso y la voluntad de progreso del pueblo andaluz.

CARACTERÍSTICAS DE LA VIVIENDA

La Casa de la Alegría, ubicada sobre un altozano que domina el Guadalquivir, fue proyectada por Blas Infante entre 1931 y 1933 como residencia familiar. Las circunstancias de su construcción fueron especialmente singulares, ya que fue el propio Infante quien diseñó la casa, ejerciendo al mismo tiempo de arquitecto, decorador e incluso de maestro de obras.

De hecho, él mismo contrató a los artesanos y operarios que trabajaron en las obras, como queda patente en el manuscrito titulado 'El latifundio', hallado en la casa y en el que están consignadas por su puño y letra todas las anotaciones relativas a los detalles de construcción de la vivienda.

Esta circunstancia explica la impronta personal del inmueble, que recrea elementos de varias épocas históricas como almenas decorativas hispanomusulmanas, yeserías y ventanas de inspiración andalusí e interiores inspirados tanto en la arquitectura andalusí como en el clasicismo que sigue la corriente historicista del regionalismo sevillano de principios del siglo XX.

Con todo, Infante acometió primero la obra de la parte "noble", donde desplegó la iconografía islámica que había conocido durante sus viajes por Andalucía y Marruecos, para después centrarse en la parte

"doméstica", en la que el repertorio formal es más ecléctico y se hace evidente la influencia del regionalismo sevillano.

El exterior de la edificación es, sin embargo, de ladrillo visto y tanto la apariencia exterior como su disposición original han sido conservadas íntegramente, sin que se hayan introducido modificaciones de ningún tipo que no hayan sido "imprescindibles para la seguridad estructural y la protección frente al agua, principal agente agresor de la vivienda".

OBJETOS PERSONALES

De las varias salas con las que cuenta la casa, cuatro son de tipo histórico, a saber, el despacho, la biblioteca, el salón de las columnas y el comedor de los frescos. En estos espacios se conservan algunos muebles, enseres y libros legados por la familia, entre los que destacan el sillón del despacho de Infante, que en su día perteneció a Emilio Castelar, así como la radio de galena y el altavoz que sirvieron como pretexto para detener a Blas Infante (los falangistas alegaron que se comunicaba con los comunistas a través del aparato, aunque en realidad se trataba de un sencillo receptor).

La casa alberga también la biblioteca de Infante, que atesora cerca de 1.800 títulos, entre libros y revistas de temas variados, desde historia y derecho hasta medicina o música, además de una importante colección de diccionarios y gramáticas de lenguas extranjeras.

Para poder catalogarlo, durante 2009 el Centro de Estudios Andaluces desarrolló un complejo trabajo de tratamiento documental en colaboración con el IAPHA que ha culminado con la digitalización de todos los manuscritos hallados.

MUSEOGRAFÍA DE VANGUARDIA

Así pues, ya plenamente recuperada para la visita, la Casa de Blas Infante es hoy día un espacio dotado de técnicas museográficas de vanguardia pero que vela por la accesibilidad de personas con deficiencias auditivas o discapacitados físicos, para lo cual, se han incorporado una serie de recursos y elementos técnicos específicos.

También muestra una especial sensibilidad hacia el ahorro energético y el equipamiento de iluminación está basado en tecnología LED, una iluminación que ahorra y que resulta idónea en los recintos con valor histórico-artístico.

Los medios empleados para dar soporte a la visita son variados y entre ellos se suceden audiovisuales de carácter historicista, iluminación teatral, ambientación sonora o escenografía, lo que convierte el discurso museográfico de la Casa de Blas Infante en una instalación de vanguardia en el sector de espacios expositivos.

Leer más acerca de: