MADRID, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los actos de kale borroka registrados en las calles del País Vasco y Navarra se duplicaron en septiembre en relación con el pasado mes de agosto. Así, de las 27 acciones de terrorismo callejero contabilizadas en agosto, se pasaron a las 53 de septiembre, siendo éste el mes de más en el que más terrorismo callejero se ha padecido desde la declaración del alto el fuego de ETA, el pasado 21 de marzo.
Estos datos se desprenden del cuarto informe 'ETA en alto el fuego: la continuidad del terrorismo', elaborado por el presidente del Foro de Ermua, Mikel Buesa, y al que ha tenido acceso Europa Press.
El estudio revela que en total y desde el alto el fuego se han registrado al menos 142 actos de kale borroka, la mayoría ataques han tenido como objetivo instalaciones empresariales, instalaciones públicas y sedes y locales de partidos públicos.
La cuantía de los daños materiales ocasionados, de acuerdo con el informe, asciende a 1,4 millones de euros, correspondiendo al último mes dos tercios de esa cifra. Y es que durante septiembre no sólo se han multiplicado las acciones terroristas, sino también la amplitud de sus efectos destructivos.
NIVEL DE KALE BORROKA PARECIDO A AÑOS ANTERIORES
El informe reseña, por tanto, que desde la tregua el terrorismo callejero en el País Vasco y Navarra ha estado presente, dándose así continuidad a lo que venía sucediendo en años precedentes. Así, aunque el estudio indica que los ciclos de actos de kale borroka son muy irregulares, el nivel alcanzado durante el periodo de alto el fuego "no es muy distinto" del que se verificó en el año anterior.
Así, en 2004 se produjeron 19,6 acciones al mes, un año más tarde ese se elevaron hasta 31,5 y durante los meses de alto el fuego se han registrado 28,4.
El informe concluye una valoración del presidente del Foro de Ermua respecto a los más de seis meses de alto el fuego de la banda terrorista. Según Buesa, el terrorismo se mantiene "como instrumento de ETA para su acción política, sin que existan indicios de que ETA albergue la voluntad de dar fin a su violencia".
De esta forma, ETA busca "afianzar su posición de poder para hacer valer su capacidad de ejercer la violencia en su negociación con el Gobierno. Por tanto, "sigue sin verificarse la condición de cese completo de la violencia que, con el acuerdo del Congreso, estableció el Ejecutivo para dar inicio al diálogo con ETA".
