MÁLAGA, 22 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un total de nueve tortugas bobas y 25 delfines y una marsopa vararon en las playas malagueñas durante los primeros seis meses del año, aunque sólo cinco de estos animales lo hicieron con vida, estando tres de ellos en el Centro de Recuperación de Especies Marinas Amenazadas (Crema).
Así, llegaron con vida un delfín y una marsopa, aunque su estado era "muy malo" y, finalmente, murieron sin apenas dar tiempo a ser tratados, según indicó el biólogo del Aula del Mar de Málaga Jesús Bellido, quien destacó el varamiento de la marsopa, ya que "no es nada usual que este tipo de cetáceo vare en las costas malagueñas".
No es el caso de tres tortugas jóvenes, de entre 10 y 20 años, que llegaron vivas a las playas malagueñas y que están en proceso de recuperación en el Crema. Estos animales, que presentaban trastornos internos --intestinales, pulmonares, etcétera--, y uno de ellos, además, heridas y cortes en las aletas, posiblemente, serán soltados al mar el próximo verano.
En cuanto a su lugar de origen, existen dos posibilidades, aunque, principalmente, se trata de tortugas atlánticas y vendrían de las zonas de puesta de Florida, y en menor proporción, procederían de Grecia o Turquía, según el biólogo.
La cifra de varamientos registrada en el primer semestre de 2006 es similar a la de años anteriores, a excepción de 2001, en el que "hubo un pico inusual en el caso de las tortugas, llegando a triplicarse", declaró a Europa Press Bellido.
VERANO
No obstante, se prevé que tenga lugar un aumento en verano, no sólo porque hay más movimiento de animales, sino también porque hay más gente en las playas y la detección es más rápida.
La provincia de Málaga y la de Cádiz registran una cifra de varamientos "bastante alta" debido a que "son las más cercanas al Estrecho de Gibraltar, donde hay más movimientos de animales", señaló el biólogo del Aula del Mar.
Precisamente, dentro de la provincia de Málaga, suele haber más varamientos en la costa occidental, sobre todo entre Fuengirola, Marbella y Estepona, lo que se debería a que "es una zona más cercana al Estrecho".
Bellido explicó que la proporción de animales que llegan vivos es "muy baja", sobre todo en el caso de los cetáceos --varan delfines común y listado--, siendo, generalmente, los particulares los que encuentran estos animales en la orilla y avisan al servicio Emergencias 112, la Policía Local o la Guardia Civil.
En el caso de los cetáceos, se intenta primero recuperarlos en la misma playa para poder devolverlos al mar, puesto que "son animales complicados de tratar". Por su parte, las tortugas sí permiten un tratamiento "más normal" y sí se llevan al Crema, estando en este centro entre seis meses y un año, ya que "aunque el problema se solucione en tres o cuatro meses, necesitan otros tantos para fortalecerse", según Bellido.
Por último, manifestó que se prefiere soltar a las tortugas en primavera, verano o, incluso, principios de otoño, ya que son épocas en las que el agua está más cálida, desechando el invierno, debido a que está más fría.
