PAMPLONA, 25 May. (EUROPA PRESS) -
Varios cientos de personas asistieron hoy al funeral por el montañero navarro Iñaki Ochoa de Olza en la parroquia de San Miguel de Pamplona. Ochoa de Olza falleció el pasado viernes por una grave lesión cerebral complicada por un edema pulmonar en el este del pico Annapurna (Himalaya), tras pasar un total de seis noches por encima de los 7.400 metros.
El párroco de la localidad navarra de Viana y amigo personal de Ochoa de Olza, César González, fue el encargado de oficiar el funeral. En la homilía, González recordó numerosas anécdotas vividas junto al montañero desaparecido y comentó que ambos coronaron el Mont Blanc (4.810) en 1986 con 18 años de edad.
César González señaló que "Iñaki vivía con auténtica pasión todo el mundo de la montaña". "El Himalaya para Iñaki era su máxima ilusión y estas ilusiones siempre iban aderezadas con momentos de verdadera humanidad", añadió.
Asimismo recordó "su buen hablar, su humanidad, su buena educación y su entusiasmo que a tantos de nosotros nos contagiaba en muchas ocasiones". González destacó que "los que conocen la montaña saben que tiene una tremenda fuerza cautivadora y a veces se suele pensar que los montañeros están locos y que su labor es un sinsentido, pero Iñaki no estaba loco, era muy prudente".
El párroco de Viana dijo que "Iñaki siempre hablaba con respeto de todas las montañas y muchos de nosotros siempre lo hemos considerado como un emisario nuestro ante ese mundo tan bello y que queda vedado para la mayoría de nosotros".
Tras estas palabras de recuerdo, la Coral de Barañáin, con el maestro Domingo Arraiza en el órgano; la Coral de Etxarri Aranatz; y representantes de montañeros de la Sakana homenajearon con sendas piezas musicales a Ochoa de Olza.
Por último, el padre del desaparecido montañero, Iñaki Ochoa de Olza, pronunció una emotiva oración para su hijo, que fue correspondida por los asistentes con una fuerte ovación.
A la ceremonia acudieron varios montañeros entre los que se encontraban Juanjo San Sebastián, Edurne Pasaban, Koldo Aldaz, Patxi Goñi, Mikel Zabalza y Óscar Gogorza, entre otros.
Juanjo San Sebastián expresó en declaraciones a los medios que Iñaki Ochoa de Olza era "un gran alpinista muy amigo de sus amigos". "Quizá sí que es muy significante observar quiénes han participado en este rescate tan singular, en una montaña en la que no hay nadie aparecen 15 personas, de diferentes nacionalidades", añadió.
"Esto no le ha pasado en los últimos tiempos a casi nadie, Iñaki era alguien que hacía una montaña muy auténtica, de vanguardia con gente muy variopinta de procedencias muy distintas y muy querido", dijo. "Los intentos que se han hecho para sacarle adelante han sido para mí de las cosas más emotivas que ha tenido la desaparición de Iñaki", concluyó San Sebastián.
Además asistieron numerosos representantes del panorama político de la Comunidad foral como el presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz; la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina; la consejera de Bienestar Social, Deporte y Juventud, María Isabel García Malo; el consejero de Vivienda, Carlos Esparza; el consejero de Cultura, Juan Ramón Corpas. Además asistieron José Andrés Burguete y Juan Cruz Alli, de CDN; el eurodiputado Javier Pomés; y el presidente de Osasuna, José Luis Izco, entre otros.
Ochoa de Olza, cuyos restos mortales no serán repatriados por expreso deseo propio, tuvo que renunciar el pasado lunes a la cima del Annapurna (8.091 metros) por problemas de congelaciones y decidió volver al campamento base ubicado a 7.400 metros de altitud, donde permaneció desde entonces acompañado por el montañero rumano, Horia Colibasanu. El viernes llegó hasta la zona el montañero suizo, Ueli Steck, con medicinas, pero Ochoa de Olza no respondió al tratamiento.
El monte Annapurna iba a ser el penúltimo ochomil del montañero navarro, de 41 años de edad, un reto que afrontaba tras recuperarse de las secuelas físicas que le dejó el ascenso al Dhaulagiri.
