El Vaticano destaca que no hubo delitos durante el periodo de la muerte de Juan Pablo II y la elección de su sucesor

Actualizado: viernes, 13 enero 2006 19:30


ROMA, 13 Ene. (EUROPA PRESS/C. Giles) -

El Promotor de Justicia del Vaticano, Nicola Picardi, quiso destacar hoy "el pequeño milagro" que se produjo durante el periodo de la muerte del Papa Juan Pablo II y la elección de su sucesor, al no haberse registrado ni un solo delito, incluidos los pequeños robos.

Picardi comentó que durante el periodo de la enfermedad, muerte y funerales de Juan Pablo II, así como las posterior elección de Benedicto XVI, a pesar de que unos seis millones de personas visitaron el pequeño Estado, no se registró en la Ciudad del Vaticano ni siquiera la denuncia de robos de bolsos, de monederos o tirones, que suelen darse cuando existen grandes afluencias de gente.

La anomalía, según el magistrado que ilustró estos datos durante la ceremonia de inicio del año judicial, es que cada mes llega una media de 12,4 denuncias por este tipo de delitos, y que el número aumenta en los periodos de una mayor afluencia de peregrinos y fieles.

El Promotor de Justicia explicó que en 2005 en Ciudad del Vaticano se realizaron 486 procesos civiles y 472 procedimientos penales, un número importante teniendo en cuenta que el municipio cuenta con menos de 1.000 residentes, de los que 287 son diplomáticos y miembros del palacio pontificio. Picardi comentó que estos delitos se deben al paso por el Estado de unos 18 millones de turistas y fieles al año, y lamentó que los procesos siguen siendo demasiado largos, aunque de la media de 466 días de 2004 descendió a 121 en 2005.

Por otra parte, Picardi afirmó que es necesaria una "serie de ajustes y mejorías" en el sistema judicial vaticano, fruto de una compleja evolución histórica que parte de la firma de los Pactos Lateranenses en el 1929, sobre todo de cara a "los grandes temas de política internacional".

Por ello, el Promotor dijo que sería necesario "examinar atentamente la posible adhesión del Vaticano a los acuerdos de Schengen", sobre todo en materia de intercambio de información ya que "el terrorismo internacional obliga a nuevas formas de cooperación con el fin de conciliar la libertad de circulación de las personas pero perfeccionando las medidas de tutela de la seguridad".