Uno de los detenidos había huido a Italia al hallarse un cadáver descuartizado en unos contenedores de Barcelona
BARCELONA, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Guardia Civil ha desarticulado en Catalunya una red dedicada al tráfico de cocaína entre Barcelona y Roma. En total se ha detenido a diez personas e incautado más de 70 kilos de droga, con la colaboración de cuerpos policiales franceses e italianos.
Según informó hoy el Instituto Armado, la organización enviaba desde Italia vehículos robados con el interior modificado para ocultar la droga, que se colocaba en Barcelona y se devolvía al país transalpino.
Durante la investigación, iniciada en julio, se descubrió que uno de los integrantes del grupo había huido precipitadamente a Italia por estar directamente implicado en la aparición de un cadáver descuartizado en unos contenedores de Barcelona el 8 de agosto. Fue un vagabundo quien encontró el cadáver de un hombre en la calle València de Barcelona, en el barrio de la Sagrada Familia.
El juzgado de Barcelona que investigaba el caso junto a los Mossos d'Esquadra emitió una orden de búsqueda y captura contra los sospechosos, y los Carabinieri detuvieron hace una semana a uno de ellos, romano de 36 años. Además, el hombre estaba relacionado con el grupo narcotraficante.
La operación antidroga 'Islero' se desarrolló en España, Italia y Francia, y se inició en julio, cuando se tuvo conocimiento --gracias a la colaboración entre los Carabinieri y la Guardia Civil en el marco de la Unidad de Cooperación Judicial de la Unión Europea (Eurojust)-- de la actividad de un grupo organizado dedicado al tráfico de drogas entre Italia y España.
A los diez detenidos, de nacionalidad colombiana, marroquí, brasileña e italiana, les imputan los delitos de asociación ilícita y contra la salud pública. Además de la droga, fueron intervenidas cuatro motocicletas, cinco turismos y una furgoneta, así como otros medios técnicos para realizar los viajes. La operación sigue abierta, ya que no se descartan nuevas detenciones.
'MODUS OPERANDI'
La banda, que operaba desde Italia, enviaba por barco a Barcelona vehículos robados o alquilados con el interior modificado para ocultar la cocaína y, una vez en España, se ocultaba la sustancia en los dobles fondos.
Posteriormente, organizaba viajes por carretera desde la capital catalana, a través de la costa francesa, hasta Roma, utilizando en ocasiones motocicletas y otros vehículos como 'lanzaderas' para avisar de los controles policiales que había en el camino.
