Una buena parte de su clientela la constituían estudiantes de institutos cercanos
OVIEDO/AVILÉS, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Juzgado de Instrucción número 4 de Avilés ha decretado prisión para el propietario de un bar de Avilés, de 37 años, y un camarero, de 29, que habían sido detenidos como presuntos autores de un delito de tráfico de droga.
También ha sido detenido un vecino de Piedras Blancas de 34 años con cien gramos de hachís comprado en ese establecimiento y con la que presuntamente pretendía traficar.
Desde hace varios meses la Policía Nacional de Avilés había detectado la proliferación de bares abiertos por personas de nacionalidad magrebíes que estaban utilizando los locales como meras tapaderas para la venta de hachís en su interior. De hecho, sus únicos clientes eran personas consumidoras de esta droga.
Una circunstancia que resultó muy preocupante para los investigadores, fue cuando detectaron que desde los locales se estaba intentando una nueva política de captación de potenciales clientes, concretamente dirigida "jóvenes de 17 años de edad" estudiantes de institutos cercanos, según concreta la Policía.
Con toda esta información en el mes de mayo del año pasado, los policías de la Comisaría de Avilés detuvieron a una persona de origen árabe como supuesto responsable de la venta de hachís en uno de estos bares de la zona del El Quirinal.
En el mes de septiembre del mismo año 2011, los investigadores, procedieron a la detención de tres personas de origen magrebí y una española por su presunta participación en el tráfico de drogas llevado a cabo en un bar de la Avenida Santa Apolonia.
Estas operaciones antidroga, no hicieron desistir a estas personas en la venta de droga en los locales que regentaban y una buena muestra de ello, es que el individuo detenido en Mayo siguió regentando su bar del Quirinal, si bien, decidió cambiar de estrategia y en lugar de vender la droga él mismo, se lo encargó a dos de sus camareros.
El bar que permanecía abierto desde las once de la mañana hasta las veintidós horas era frecuentado sobre todo por menores de edad y escolares de los centros educativos del Quirinal. Para disimular, los camareros, antes de venderles el hachis les obligaban a realizar una consumición.
Mientras, el responsable del bar se encargaba de ir reponiendo la droga, que les iba suministrando a sus camareros en pequeñas cantidades, entre cincuenta y cien gramos de hachís, para evitar ser sorprendidos con grandes cantidades ante un posible control policial.
Tras reunir las pruebas, se procedió a la detención del responsable del local, un hombre de 37 años y de uno de los camareros de 29 años, ambos de nacionalidad magrebí. Se intervino tres kilos de hachís y 770 euros, junto con útiles para la manipulación y distribución de la droga.
