Una dependienta del Európolis en Las Rozas (Madrid) resulta herida por un cliente que le lanzó un banco de hierro

Actualizado: martes, 16 septiembre 2008 13:33

Ayer recibió una llamada telefónica de un supuesto guardia civil a quien facilitó su dirección de domicilio particular

LAS ROZAS, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -

La jornada laboral del pasado viernes no pudo haber acabado peor para Juana García, dependienta de una tienda de muebles del polígono Európolis de Las Rozas (Madrid), ya que un cliente enfadado decidió pagarlo con ella lanzándole un banco de hierro forjado que formaba parte del pedido que había ido a recoger.

El impacto le causó un esguince cervical, varias contusiones en la espalda y moratones en las piernas de los que fue atendida en el hospital de Móstoles. Juana recordó, en declaraciones a Europa Press Televisión, que todo comenzó tras ayudar al cliente, habitual del establecimiento, a cargar los artículos en su todoterreno.

"Comenzó a gritarme que era una sinvergüenza y a decirme que era un robo cobrarle 700 euros por dos sillones y un banco", indicó. Acto seguido, el comprador se dirigió a su vehículo sin mediar palabra con Juana y, para su "sorpresa", le lanzó un banco de hierro forjado de 1,5 metros de largo y "unos 35 kilogramos".

En esos momentos, Juana llegó a temer por su vida. "Reboté contra una cristalera, le grité que no me tirara los muebles y me metí como pude dentro de la tienda para refugiarme", relató.

Al ver a su agresor montarse en su 4x4, Juana se quedó "sola, herida, con mucho miedo" y lo primero que hizo fue llamar a su jefe para contarle lo ocurrido. "Rápidamente", acudieron al lugar de los hechos el dueño de la tienda, tres patrullas de la Guardia Civil y una dotación del SAMUR que observaron los "temblores de muerte" que presentaba la vendedora.

SOSPECHA QUE LA ESTÁ BUSCANDO

Tras un fin de semana "sin dormir", Juana recibió ayer una llamada de un supuesto sargento de la Guardia Civil quien le pedía su dirección de domicilio particular. "Todo era mentira", se apenó Juana después de que su jefe investigara que ningún guardia civil de Las Rozas había llamado a su empleada para pedirle esa información.

"Yo no tengo por qué dormir fuera de mi casa. Quien ha cometido el delito es quien está en la calle. Yo no tengo por qué esconderme. Quien se tiene que esconder es él. Es muy fácil decirlo, pero hasta que un juez no dictamine la verdad, lo cierto es que estoy indefensa. No tengo ningún tipo de protección de la Justicia", se lamentó.