La familia de Felisa acusa al padre del niño que falleció por inanición de ser el responsable de lo ocurrido

Actualizado: miércoles, 27 septiembre 2006 20:51

Pide a la justicia que le haga pagar por el asesinato de su sobrino y se ofrece para hacerse cargo de su cuñada y de su hija

VIGO, 27 Sep. (EUROPA PRESS) -

El cuñado de la madre del niño que murió de hambre en Ponteareas (Pontevedra) el pasado lunes, Germán Pérez Martín, manifestó hoy su indignación e incomprensión ante los hechos y se mostró convencido de que el principal culpable de tan trágico desenlace ha sido el padre del niño.

"Ha asesinado a una criatura con no darle de comer", acusó con firmeza. "Él está como el día que le conocí y en cambio, he visto a dos personas muy mal --refiriéndose a su cuñada y a su otra sobrina--, y a la tercera --su sobrino fallecido-- ya no la he podido ver", se lamentó en declaraciones a Europa Press Televisión.

En casa de Germán la noticia que les comunicaron a través de una llamada telefónica a las ocho y media de la tarde cayó como un mazazo. Su sobrino había fallecido de inanición, y su cuñada y la otra hija de ésta se encontraban graves por la misma causa. Su mujer se desmayó y su hija de 13 años se puso "histérica". "Fue muy fuerte", recordó.

Acto seguido, Germán se desplazó hasta Galicia desde Navarra, donde reside, para estar cerca de Felisa e intentar averiguar lo que había ocurrido. Así es como pudo enterarse de que el marido de su cuñada vivía solo, cerca de la casa de sus padres, y que aunque éstos le daban comida para que se la llevara a su familia, él "la tiraba en una esquina para que se la comieran los perros, mientras su mujer y sus hijos se morían de hambre".

"Él tenía para comer y los demás muriéndose de hambre en casa", insistió lleno de rabia. Por eso quiere que ahora el culpable reciba su castigo por lo que ha sucedido, que "pague con todo, con toda la carga encima".

INCOMPRENSIÓN

A Germán le cuesta entender cómo algo así ha podido suceder sin que nadie haya hecho nada, sin que nadie se haya dado cuenta ni haya dado un aviso, ni siquiera desde los servicios sociales.

Tanto él como su familia mantenían un contacto asiduo por vía telefónica dos veces al mes con Felisa, incluso, en algunas ocasiones en que ella les decía que no tenía saldo en el móvil, ellos se lo pagaban. Pero nunca hubo un indicio de que algo tan grave pudiera estar pasando.

"Conozco a mi cuñada desde los ocho años. Sus hijos nacieron en Navarra y, mientras estuvieron aquí, no les faltó de nada; su padre trabajaba en la misma empresa que yo, pero un día dijo que marchaba para Galicia, que era donde estaba mejor, y mi cuñada dijo que se iba con él porque lo quería mucho", explicó.

Desde ese momento, la relación con el marido de Felisa terminó, pero con ella continuaba, y cuando le preguntaban si pasaba algo, ella lo negaba.

Por eso el impacto de la muerte de su sobrino en las circunstancias en las que se produjo fue grande. Cuando Germán se reunió con su cuñada, casi no podía reconocerla. "La vi y dije que no era mi cuñada. Me dio tantísima pena que tuve que salir porque no podía aguantar", dijo.

HACERSE CARGO

El deterioro de Felisa resultaba tan evidente que Germán tuvo que esperar un día más para ser reconocido por su cuñada, que se fundió en un abrazo con él. Sin embargo, no está seguro de que la madre sea consciente de la muerte del hijo todavía.

Su intención ahora es llevarse a las dos mujeres --a Felisa y a su sobrina, que es también su ahijada--, a Navarra, para que terminen de recuperarse allí. "Me quiero hacer cargo de ellas y sacar todo para adelante. Ocuparme de la niña como de mis dos hijos, porque veo que aquí en Galicia, en las condiciones en que vivían, que son una vergüenza, no tienen futuro", añadió.

Respecto al a sus ojos responsable de los hechos, el padre de los niños, Germán sólo pide que la justicia se ocupe de él y sobre todo "que no se arrime a Navarra, que el juez le marque una distancia para que no se acerque a Tudela".