Actualizado 26/11/2008 21:57

Jugadores compulsivos sí, adictos no

MADRID, (OTR/PRESS)

La alarma causada por casos de jóvenes jugadores que sucumben al cansancio, la deshidratación o la inanición ha provocado que se disparen los casos de personas que deciden -o deciden por ellos- tratarse su adicción a los videojuegos. Sin embargo, la única clínica europea que se dedica a eliminar esta "dependencia" asegura que en el 90 por ciento de los casos esa adicción no es tal. Lo denominan problema social: "Lo que la mayoría de ellos necesita es a sus padres y profesores".

El centro Smith & Johnes, situado en Holanda, es el único del viejo continente que se dedica a tratar a personas que usan durante muchas horas videojuegos, demasiadas según ellos mismos o quienes les ingresan. Desde 2006 han pasado por allí cientos de "adictos" a los videojuegos, que han sido sometidos a tratamientos muy similares a los aplicados con los que lo son a sustancias químicas o al alcohol.

Los responsables del centro han tenido bastante éxito en sus tratamientos pero, sin embargo, han comenzado a darse cuenta de que en la mayoría de los casos la metodología empleada es errónea o excesiva, ya que tan sólo el 10 por ciento de sus pacientes deberían ser considerados adictos.

NECESITAN A SUS PADRES

"Estos chicos vienen demostrando algunos síntomas que son similares a adicciones o dependencias químicas", indicó en declaraciones a la BBC recogidas por Otr/press, el fundador y director de la clínica, Keith Bakker. "Pero cuanto más trabajamos con ellos, menos creemos que podamos llamarlo adicción. Lo que la mayoría de ellos necesitan es a sus padres y sus profesores. Esto es un problema social".

Según Bakker, la principal causa del gran aumento de juego excesivo reside en padres que han fallado en su obligación de cuidar a sus hijos y en las agresiones que estos sufren de compañeros. "Este problema con los videojuegos es el resultado de la sociedad en la que vivimos", aseguró el experto. "El ochenta por ciento de la gente joven que vemos han sido agredidos en la clase y se sienten abandonados. La mayoría de los síntomes que presentan se pueden resolver con buena comunicación de la de antes, tan pasada de moda".

Bakker resaltó lo importante que es que los padres intervengan para que sus padres no abusen de esta forma de ocio, al igual que no deben hacerlo con la televisión: "Estos chicos saben exactamente lo que están haciendo y sencillamente no quieren cambiar. Si hay alguien ahí para ayudarles, entonces no tendrá por qué pasar nada".