Viena, mercadillos navideños para disfrutar de la navidad y del año nuevo

Viena en Navidad
EUROPA PRESS
Actualizado: jueves, 20 diciembre 2018 17:47

   MADRID, 20 Dic. (EP TURISMO) -

    Los árboles de Navidad, la iluminación que hace brillar las calles como si fuera de día o los adornos y sus típicos ponches consiguen convertirse en protagonistas durante las semanas de Adviento en Viena, desplazando por un momento a su historia imperial de Sisi o su tradición musical.

   En Navidad, la ciudad se llena de luces en prácticamente todas sus calles, con las arañas de salón de la céntrica plaza del Graben a las grandes bolas rojas de Rotenturmstrasse, y sus mercadillos huelen a ponches (punschs), a especias, a sopas de gulasch y calabaza servidas en pan, mientras que los villancicos se convierten en la banda sonora de estas fechas. Durante estas semanas de Adviento, vieneses y turistas se reúnen en los diferentes mercadillos repartidos por toda la ciudad para disfrutar de su gastronomía y sus tradiciones.

   El principal mercadillo es el situado en el Rathausplatz (Plaza del Ayuntamiento), que encanta al visitante con su ambiente romántico y nostálgico y que cuenta con cerca de 150 puestos en los que se ofrecen objetos de artesanía y de regalo, dulces y golosinas, bebidas calientes (ponche o vino caliente) y salchichas. Además, alrededor del mercadillo se encuentra una pista de hielo de 4.000 metros cuadrados que invita a los más atrevidos a patinar.

    Algunos mercadillos se enmarcan en un ambiente imperial, como el del Palacio de Schönbrunn y las aldeas navideñas situadas ante el Palacio del Belvedere y en la Maria-Theresien-Platz, entre el Museo de Historia Natural y el Kunsthistorisches Museum, decorado con árboles iluminados y donde coros de gospel y agrupaciones musicales austríacas de instrumentos de viento recrean un acogedor ambiente navideño.

   A los pies de la catedral de San Esteban también se encuentra otro cuidado mercadillo, donde se pueden adquirir objetos de artesanías de calidad, mientras que en el de la imperial Michaelerplatz, situado ante el Palacio Imperial del Hofburg, destacan sus casitas blancas con productos de empresas austríacas, dulces, figuritas de estaño y belenes artesanos.

   Otro mercadillo de visita obligada es el del Prater, donde además de aprovechar para subir a su icónica noria, protagonista de la película 'El tercer hombre', se puede disfrutar de un buen vino caliente o ponche, mientras que los más pequeños disfrutan de las atracciones, viajan en su trenecito de invierno y vuelan en el carrusel de cadenas, entre otras opciones.

   Los amantes del arte y de la artesanía tienen su cita en el mercadillo de la Karlsplatz, bajo la imponente iglesia de San Carlos, donde más de 70 artesanos presentan sus productos, además de poder dar cuenta de su gastronomía típica de estas fechas.

   Pero para los que prefieran el diseño, la opción es dirigirse al 'WeihnachtsQuartier' del MuseumsQuartier, mientras que los más gourmets pueden pasear por los mercadillos de la calle Mahlerstrasse o por el patio interior de la casa de tés Haas & Haas.

   Eso sí, lo que tienen en común todos ellos es, además de una amplia oferta de productos, una buena oferta gastronómica, que incluye bebidas calientes como el té de especias, el chocolate caliente, el vino caliente o el ponche, así como comidas contundentes como sus sopas en pan o sus dulces.

VALSES Y POLKAS DE LOS STRAUSS PARA AÑO NUEVO

   Pero Viena en Navidad no es solo pasear entre luces, árboles y mercadillos. Es también una parada obligada el visitar sus palacios y seguir los pasos de Sisi, icono de la ciudad, o disfrutar de los cuadros de Gustav Klimt en el Palacio Belvedere.

   Tras el 25 de diciembre muchos de los mercadillos de Navidad se transforman para el Año Nuevo, donde la música se convierte en otro de los grandes protagonistas del 1 de enero con su mítico concierto de la Filarmónica de Viena, donde los valses, polkas y marchas de los Strauss marcan los primeros compases del año.

   El concierto, que se celebra en la mítica 'Sala Dorada' del Musikverein, estará este año dirigido bajo la batuta del alemán Christian Thielemann, discípulo de Furtwängler y Herbert von Karajan.

   Si recorres Viena en estas fechas también es obligado visitar la estatua dorada de Johann Strauss, probablemente una de las imágenes más fotografiadas de la ciudad imperial, que se encuentra en Stadtpark y donde más de uno no duda en tararear los compases del Danubio Azul o de la marcha Radetzky, internacionalmente conocida por ser la pieza que clausura el tradicional concierto de Año Nuevo.

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