MADRID, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -
Aída (Telecinco, 22.00 horas) acaba de cumplir cuarenta años y, en plena crisis, se da cuenta de que su vida es una espiral sin salida. Sin ningún tipo de recompensa, su día a día se limita a ir al trabajo y ocuparse de las tareas domésticas. Harta de que su familia no la valore, decide seguir los consejos de su amiga Paz y elaborar una lista con todo aquello que le gustaría realizar. Aída intentará cumplir todos sus deseos, aunque en su empeño tenga que descuidar sus quehaceres diarios.
La protagonista echa a su madre del hogar familiar y Eugenia decide irse a vivir a casa de su hijo Luisma. Barajas, compañero de piso de Luisma, acepta finalmente a la nueva inquilina sin sospechar que la situación en el hogar se va a volverse insostenible. Eugenia hará la vida imposible a sus compañeros de piso ocupando el poco espacio del que disponen con sus pertenencias y haciéndoles pasar las noches en vela por culpa de sus ronquidos.
Por último, y para regocijo de la audiencia, el dueño del bar Reinols aparece en televisión para expresar su opiniones en materia de inmigración soltando una buena sarta de improperios. Sus declaraciones evidencian una gran falta de formación y sus amigos descubren su secreto: Mauricio no tiene el graduado escolar. Empujado por las burlas, el empresario decide acudir a clase, pero pronto comienza a hacer novillos.
