Actualizado 29/11/2009 20:10

Callejeros Viajeros se desplaza a tierras de vampiros y a México D.F.

Callejeros Viajeros
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MADRID, 29 Nov. (OTR/PRESS) -

Los componentes del equipo de Callejeros Viajeros, se desplazan la noche del lunes a las 22.15 horas (Cuatro) a las ciudades medievales de Transilvania, así como a una de las ciudades más pobladas del mundo, México D.F. La mayoría de los mortales sitúa a la región de Transilvania en el mapa gracias al temido Conde Drácula. En 1897 el escritor irlandés Bram Stoker tomó prestada la figura de Vlad Tepes, el Empalador, un héroe rumano tan valiente como despiadado que durante el s. XV defendió la cristiandad frente al Imperio Otomano, y lo convirtió en un vampiro chupasangre.

Rodeada por los montes Cárpatos, Transilvania es el corazón de Rumanía. Con siete millones y medio de habitantes y 57.000 kilómetros cuadrados es un escaparate de bosques, castillos, historia, catedrales, cruces y leyendas. La mayoría de la población es creyente y acude regularmente a la iglesia. Una de las pocas cosas que tienen en común, tanto ricos (un 1% de la sociedad) como pobres. La superstición, el negocio del turismo y la tradición envuelven al pequeño pueblo de Bran (unos 5.000 habitantes) igual que la niebla cubre las torres del castillo en el que, muchos dicen, cumplió condena Vlad Tepes.

Con sus 20 millones de habitantes, México DF es una de las ciudades más pobladas del mundo. Los reporteros de Callejeros Jalis de la Serna y Carlos Bermejo recorren de punta a punta una urbe que hierve las 24 horas del día. Ricos y pobres viven separados por unas 'cuadras'. Hablar de mariachis es hacerlo de la plaza de Garibaldi, donde decenas de grupos muestran sus mejores voces para ser contratados y ganar un puñado de dólares. Además, un joven ofrece descargas eléctricas por un dólar. El osado participante coge los mandos de una máquina que va subiendo el voltaje de las descargas. El que aguanta más, gana.

Además, el programa contará con una invitada especial, Natalia Jiménez, líder del grupo musical la Quinta Estación, que enseña a los reporteros de Callejeros Viajeros cómo se ha de tomar un buen tequila. Para pasar el trago, una ración de hormigas, gusanos o saltamontes, eso sí, crujientes, que nadie podrá rechazar.