Actualizado 10/05/2014 09:52

Alberto Chicote se enfrenta al restaurante más nauseabundo de 'Pesadilla en la cocina'

Atresmedia
Foto: ATRESMEDIA

MADRID, 10 May. (EUROPA PRESS) -

   Un bicho en la comida, género en mal estado y camareras que se gritan, insultan y amenazan diariamente son sólo una parte del espectáculo del que será testigo Alberto Chicote en La parrilla de Poli, el próximo restaurante de 'Pesadilla en la cocina'. Este lunes en Prime-time en laSexta.

   Un restaurante en el que por primera vez, el chef decide no comer en su primera visita, después de inspeccionar la cocina y descubrir las sorpresas más desagradables en su freidora, sus fogones, su extractor de humo y sus cámaras frigoríficas.

   Pero su cautela no le servirá de mucho. En la prueba de menú, una pieza de carne en mal estado le provoca un desagradable vómito que le confirma la terrible situación alimentaria e higiénica en el que se encontraba el restaurante.

   Con una peculiar carta que mezcla comida búlgara y española, un cocinero que no acepta las órdenes ni las críticas y varias camareras que protagonizan salvajes peleas de forma diaria, La Parrilla de Poli se ha convertido en uno de los restaurantes menos populares de su barrio, Aluche (Madrid), debido a la escasa calidad de su comida, al pésimo servicio y al terrible caos que se percibe nada más pedir el primer plato.

   Alberto Chicote vivirá en primera persona el mal estado de ciertos platos y necesitará practicar la valentía no sólo para comer en el restaurante sino para intentar abrir los ojos a la dueña y empleados y hacerles ver la extremadamente peligrosa situación en la que se encuentra su local.

   Ubicada en uno de los barrios más emblemáticos del sur de Madrid, Aluche, La Parrilla de Poli es propiedad de una pareja búlgara que llegó a España hace 10 años huyendo de la persecución que sufrían en su país, aunque sólo ella, Poli, regenta el local. Pese al arrojo que demostró Poli al dejarlo todo y empezar de cero una década atrás, hoy es incapaz de exhibir ese carácter frente a sus empleados y no es respetada por ninguno de ellos.

   A su falta de liderazgo se le suma una conflictiva combinación de personalidades entre sus camareras, un cocinero al que le parece comestible hasta el plato más inmundo y una dejadez generalizada por las condiciones higiénicas y alimentarias del restaurante.

CHICOTE DEBERÁ EVITAR EL CIERRE

   Un servicio rutinario de comidas o cenas siempre se salda con varios clientes damnificados, que jamás van a volver. Algunos sufren la pésima calidad de la comida. Otros, un caótico servicio que tarda eternidades en traer un plato o sirve en último lugar a las primeras mesas en llegar.

   Y en general todos asisten al desagradable espectáculo de dos camareras que delante de los clientes se desprecian, se insultan, se amenazan e incluso llegan a las manos de puertas para adentro. Y todo ello, a gritos.

   Como consecuencia, y tras la decisión de Poli de tomar las riendas a pesar de no saber hacerlo con las mejores formas, la dueña decide despedir a una de las camareras en medio de un servicio, una decisión irrevocable que aumentará más todavía las dificultades en el restaurante.

   Alberto Chicote se enfrenta a un complejo caso que no sólo requiere paciencia, tesón y un conocimiento profundo del mundo de la cocina sino que le exigirá además el desarrollo de una nueva estrategia para evitar que todo se desmorone y se precipite sin vuelta atrás el cierre de La Parilla de Poli.