Cádiz.- El obispo de Jerez afirma que "no corren buenos tiempos" para hablar de los curas católicos

Actualizado: domingo, 18 marzo 2007 12:29

JEREZ DE LA FRONTERA (CÁDIZ), 18 Mar. (EUROPA PRESS) -

El obispo de la Diócesis de Asidonia-Jerez (Cádiz), Juan del Río, afirmó hoy que "no corren buenos tiempos para hablar de los curas católicos" y señaló que "la utilización mediática de escándalos lejanos y flaquezas cercanas está creando una atmósfera de adversidad hacia el clero en general".

No obstante, en una carta pastoral, a la que tuvo acceso Europa Press, Del Río manifestó que "sin embargo, cuando se baja al terreno concreto de los sacerdotes que cada uno conoce, entonces el nivel de reconocimiento y de admiración es mayor", ya que "todos sabemos como la inmensa mayoría viven honestamente y con entrega evangélica a lo que prometieron el día de su ordenación sacerdotal".

A juicio del obispo jerezano, "son muchos los factores que han contribuido a crear esa imagen distorsionada del presbítero, unos de carácter personal, otros procedentes de la secularización que sufre la misma vida cristiana y muchos otros de no pocos enemigos de la Iglesia".

En este sentido, aseveró que esa "caricatura dominante" sobre el sacerdote, el celibato y la pobreza, "está cargada de tópicos y de prejuicios anticlericales y es dañina para que la oferta vocacional al ministerio ordenado pueda llegar a los más jóvenes".

Para el obispo de Asidonia-Jerez, "hoy más que nunca el ser cura es una rebeldía frente al pensamiento único, es la gran posibilidad de ser libre y amar en la dimensión de lo infinito, es repartir a manos llenas la felicidad que viene de Jesucristo".

Así, añadió que el sacerdote "no es un ángel, ni un superman, ni un ser extraterrestre" y recordó la Carta a los Hebreos que dice que "es un hombre tomado de entre los hombres y puesto al servicio de Dios a favor de sus hermanos. Nadie puede arrogarse esa dignidad, sino aquel a quien Dios llama. Tendrá que ser compasivo con los ignorantes y los extraviados, ya que él mismo está lleno de flaquezas".

Del Río manifestó además que "la impopularidad hacia el clero auspiciada por determinados poderes se responde con mayor autenticidad de vida a la manera como lo hacen tanto testigos sacerdotales anónimos".

A esta argumentación puso como ejemplo el testimonio del sacerdote italiano Andrea Santoro asesinado hace un año en Tresbisonda (Turquía) que vivía su ministerio diciendo que estaba allí "para vivir entre esta gente y permitir que Jesús lo haga prestándole mi humanidad. Sólo somos capaces de salvación ofreciendo la propia carne. Hay que cargar con el mal en el mundo y compartir el dolor, absorbiéndolo en la propia carne hasta el final, como hizo Jesús".

Finalmente, señaló "cuantas maravillas experimenta el sacerdote cuando sus manos socorren a los pobres, cuando bendice y perdona a los pecadores o cuando las palmas de sus manos son la cuna de Belén donde cada día se hace el gran milagro de la Eucaristía".