Actualizado 06/10/2014 15:32

El obispo inaugura en el Patio de los Naranjos la muestra 'Teno y el Arte Sacro'

El obispo (centro), entre Cordero y Pérez Moya en la exposición de Teno
EUROPA PRESS

CÓRDOBA, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -

Con motivo del 775 aniversario de la Catedral de Córdoba, la galería del Patio de los Naranjos del templo acoge desde este lunes y hasta el 9 de noviembre la exposición 'Teno y el Arte Sacro', con obras pictóricas y escultóricas del desaparecido artista cordobés Aurelio Teno y que ha sido inaugurada por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández.

Durante su intervención en el acto inaugural, Fernández, quien ha estado acompañado por el deán presidente del Cabildo de la Catedral de Córdoba, Manuel Pérez Moya, y por el comisario de la exposición, Cristóbal Cordero, ha señalado que "Aurelio Teno es una de los grandes artistas del siglo XX, que ha dejado para la posteridad una gran obra pictórica y escultórica y que aún hoy no se conoce lo suficiente."

A lo largo de las próximas semanas, la galería del Patio de los Naranjos será el escenario de una exposición que repasará, a través de una colección de pinturas y esculturas, la religiosidad popular de Aurelio Teno, en especial las creaciones que realizó a partir de su estancia en el Monasterio el Pedrique. Fue precisamente a partir de ese momento cuando tuvo lugar una de las etapas más fecundas de su trayectoria artística.

La muestra consta de 53 obras escultóricas y pictóricas procedentes de las colecciones de Doña María Rodríguez Jiménez, del Obispado de Córdoba, de la Fundación CajaSur y de una colección particular. Estas obras están marcadas por un ambiente mágico y místico protagonizado por cristos, santos y monjes y en ellas se puede apreciar el genio de este cordobés universal.

Aurelio Teno nació en 1927 en las Minas de Soldado y con solo nueve años comienza a trabajar como aprendiz en el taller del escultor imaginero Amadeo Ruiz Olmos, época en la que adquiere conocimientos en talla, estofado y policromía. A los 12 años ingresa en la Escuela de Artes y Oficios, donde durante tres años estudia Dibujo y Pintura.

En 1950 se traslada a Madrid para continuar sus estudios y entra en contacto con los círculos artísticos madrileños, al tiempo que realiza sus primeros trabajos de orfebrería. Ocho años más tarde se traslada a París (Francia), donde comienza a hacer incursiones en el arte abstracto, el pop-art, el informalismo y el expresionismo. Tras su etapa parisina, regresa de nuevo a Madrid, donde es descubierto por la firma Georg Jensen y es invitado a exponer en Dinamarca.

En 1976 levanta el monumento al Quijote en el Kennedy Center de Washington (Estados Unidos). Se trata de una obra colosal realizada en bronce y piedra y que le dará fama internacional. Desde entonces, el personaje de Cervantes será un motivo esencial en sus creaciones. En 1984 se traslada a América y es durante su estancia de 13 años en este continente cuando impartirá conferencias en numerosas universidades, al tiempo que realizará diferentes exposiciones.

En 1998 regresa a Córdoba y comienza una nueva etapa creativa. Tras la adquisición y restauración del Monasterio el Pedrique, instala allí su taller y el museo permanente de sus obras. Es este periodo comienza una época en la que sus creaciones estarán relacionadas con aspectos religiosos y místicos y realizará numerosas obras protagonizadas por cristos, santos y monjes. Fallece en Córdoba en 2013 y deja un legado artístico que aún hoy no es suficientemente conocido.