Condenan a cuatro años a un hombre al que la Policía sorprendió con droga para vender en la calle

Actualizado: domingo, 8 agosto 2010 13:21

MÁLAGA, 8 Ago. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a un hombre a cuatro años de prisión y una multa de 535 euros por un delito de tráfico de drogas. Los agentes le detuvieron tras percatarse de que algo le sobresalía de la zona inguinal, resultando ser sustancias estupefacientes listas para su venta.

Según la sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, los hechos ocurrieron sobre las 00.45 horas del 6 de septiembre de 2009 en Benalmádena (Málaga) cuando efectivos del Cuerpo Nacional de Policía observaron que el acusado, "intranquilo", conversaba con otro individuo, actitud que hizo sospechar a los agentes.

Posteriormente, los policías se acercaron y el acusado tiró una bolsita, acto seguido observaron también que algo le sobresalía de la zona inguinal del pantalón, por lo que, tras la identificación del sujeto y posterior cacheo, le intervinieron las sustancias que portaba. En concreto, 11 bellotas de hachís y cinco papelinas de cocaína.

Estas sustancias estupefacientes habrían alcanzado en el mercado ilícito en aquella fecha unos 500 euros, ya que serían 304,50 euros el hachís y 231,50 euros la cocaína. Según la sentencia, los hechos declarados probados son constitutivos de un delito de tráfico de drogas en su modalidad de sustancia que causa grave daño a la salud, previsto y penado en el Código Penal.

La Sala establece que es posible afirmar que al acusado le fueron intervenidas distintas sustancias, como fueron cocaína y hachís, que, por su cantidad y forma en la que estaban envueltas --en papelinas y bellotas--, claramente tenían como fin ser destinadas a la venta ilícita y posterior consumo por terceros, acción que es "plenamente subsumible" entre las conductas típicas sancionadas en el artículo 368 del Código Penal.

Además, resultaron "determinantes" para formar la convicción del Tribunal, en orden a destruir la presunción de inocencia, el hecho del "increíble y disparatado" relato del acusado, que negó que las sustancias fueran suyas, ya que manifestó que "los agentes de Policía habían cogido esas sustancias, se lo llevaron en el coche policial a un sitio donde decían que vendían sustancias estupefacientes y él tenía que afirmar que los sujetos que detuvieran le habían vendido la droga".

De modo que, según la declaración del acusado, "como no se prestó a ello los policías le dieron una torta y le dijeron que se iba a comer el marrón".

No obstante, en la declaración del agente no "concurren elementos que haga suponer falta de objetividad o modificaciones secundarias que desvirtúen o, al menos, cuestionen la veracidad de su testimonio", ya que lo expuso de "forma clara, sencilla y detallada".