CÓRDOBA, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -
Convocadas por la Plataforma Antinuclear de Córdoba, un centenar de personas se han concentrado este martes en la Plaza de las Tendillas de la capital cordobesa, con motivo del tercer aniversario del accidente de Fukushima (Japón), y han expresado su repulsa a la posible ampliación del Almacén Centralizado de residuos radiactivos de baja y media actividad de El Cabril, que gestiona la empresa pública Enresa en el término municipal de Hornachuelos (Córdoba).
Según ha explicado a Europa Press el responsable de Ecologistas en Acción en Córdoba y uno de los portavoces de la Asamblea Antinuclear, Juan Escribano, precisamente, la conmemoración del citado accidente no hace sino dar a quienes se han concentrado en este día "muchas más razones" para oponerse "al basurero nuclear de El Cabril".
Según ha recordado la Asamblea Antinuclear en un manifiesto hecho público con motivo del accidente de Fukushima, el 11 de marzo de 2011 un poderoso tsunami inundó las costas de Japón, matando a decenas de miles de personas y provocando serios problemas en varias centrales nucleares japonesas. Los cuatro reactores de la central de Fukushima fueron los más gravemente afectados, provocando varias explosiones, "fruto de las cuales se emitió en un solo día más radiactividad que en todo el accidente de Chernobil", aunque, "a diferencia" de la citada central ucraniana," los reactores de Fukushima siguen activos, vertiendo al mar toneladas de agua cargada de material radiactivo".
Para la Asamblea Antinuclear, que está integrada por Anida/Fedasib, Ecologistas en Acción-Córdoba, Equo, Asociación Ecologista de Hornachuelos Hornasol, Izquierda Abierta, IU-LV-CA y PCA, "la realidad es terca y nos muestra claramente que el camino correcto es el rápido abandono de la energía nuclear", como lo demuestra que "en Japón, desde el accidente, no funciona ninguna de las 54 centrales de que dispone". Además, "Alemania ha emprendido un programa para el cierre de sus centrales nucleares y el de desarrollo de las energías renovables".
Todas esta situación, según los antinucleares, les "carga de razones adicionales para pedir que se no se amplíe el cementerio nuclear de El Cabril" y exigir, a la vez "el desmantelamiento del mismo", pues no puede olvidarse tampoco que "buena parte de los residuos transportados desde las centrales nucleares y que pasan por nuestras carreteras suponen riesgos adicionales, si se produce un accidente, y aún en el caso de que no se dañaran los bultos que transporta, la radiactividad soportada por una persona que curioseara los bidones un solo minuto sería equivalente a la máxima admitida por nuestra legislación para todo un año".
En definitiva, la Asamblea Antinuclear de Córdoba exige que en España "se abandone la energía nuclear, que se deje de producir basura radiactiva y que el Gobierno deje de poner trabas al desarrollo de las, más que maduras, tecnologías renovables de producción eléctrica, evitando riesgos innecesarios, creando empleo y soberanía energética".
