GRANADA, 29 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Audiencia de Granada ha condenado a una pena de un año de cárcel a un hombre de 36 años natural de Barcelona, identificado como Antonio L.M., por abusar sexualmente de una menor a la que conoció por Internet haciéndose pasar por un adolescente de 14 años.
El tribunal le condena también al pago de una indemnización de 12.000 euros a la menor, con la que no podrá comunicarse ni aproximarse a menos de 400 metros durante un periodo de cinco años.
En la sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, se considera probado que en septiembre de 2004 Antonio L.M., que tenía entonces 30 años, comenzó a mantener contactos con la víctima, que tenía 13, a través del 'Messenger' haciéndose pasar por un chico de 14 años y llegándole a mandar una fotografía de un menor para creyera que era él.
Durante el tiempo que mantuvieron contacto por Internet, Antonio L.M. se encontraba en Barcelona y la menor en un pueblo de Granada, y él le hizo varios regalos para "ganar su confianza" hasta que en agosto de 2005 quedaron para conocerse físicamente en un establecimiento comercial de la localidad de Armilla (Granada).
En esa ocasión la menor apareció acompañada por su padre, por lo que Antonio L.M. se identificó como otra persona y le comunicó que el adolescente por el que se había hecho pasar no podía acudir al encuentro porque estaba en Jaén.
Tras planificar otro encuentro en Barcelona que finalmente se frustró, Antonio L.M. comunicó a la joven que se desplazaría a Granada entre el 1 y el 17 de agosto de 2006, cuando se conocieron finalmente, al acudir la menor a la cita sin la compañía de sus padres.
Durante el curso de la relación en esos días el acusado, que ya tenía 32 años, no le llegó a confesar su verdadera edad y le dijo que tenía 22, lo que la menor creyó.
No obstante, el 14 de agosto y "con ánimo de satisfacer su deseo libidinoso", Antonio L.M. terminó por tener contacto sexual con la chica consistente en besos y tocamientos.
A finales de ese mes el acusado propuso a la menor dejar la relación, alegando que al tener 22 años sus padres le podían denunciar.
