Expertos abogan por menor densidad de viviendas en su 'hoja de ruta' para conseguir "ciudades neutras en emisiones"

Actualizado: lunes, 30 noviembre 2009 17:02

SEVILLA, 30 Nov. (EUROPA PRESS) -

Un grupo de expertos españoles presentaron hoy un informe en el 'Tercer encuentro local de la fundación Conama', que se celebra en Sevilla, donde por primera vez se plantea una visión sostenible de las ciudades de cara a 2020 y 2050 y se diseña una 'hoja de ruta' que sirve de base para "comenzar a cambiar de forma seria hacia las ciudades neutros en emisiones de dióxido de carbono".

En dicho estudio se aboga por una menor densidad de viviendas, de forma que los nuevos desarrollos "deberían realizarse con densidades de entre 50 viviendas por hectárea en 2020 y 70 viviendas por hectárea en 2050.

Estos expertos lanzaron en su informe una propuesta para "avanzar en la revolución ambiental" que "deben emprender las ciudades del país para afrontar el desafío del cambio climático, y de forma más amplia, el cambio global.

En declaraciones a Europa Press, uno de los dos redactores del mencionado informe, Jorge Ozcáriz, manifestó que este informe se engloba dentro de una iniciativa que se llama 'Cambio Global España 2020-2050'. Así, dentro del mismo, se encuentra el programa 'Ciudades', que pretende analizar "cómo deben implicarse las ciudades en la contención del impacto ambiental en el conjunto del planeta".

En este sentido, Ozcáriz señaló que el cambio global "no solo incluye el cambio climático, sino qué pasa con el agua dulce, los residuos, la movilidad, los materiales, o el suelo que consumimos", por lo que este informe, es un "ejemplo de hoja de ruta de lo que podrían hacer las ciudades para alcanzar mejoras ambientales muy importantes" como puede ser conseguir que en 2050 las ciudades se conviertan en núcleos con emisiones de carbono cero o prácticamente neutras", apostilló.

De esta manera, según las entidades que promueven dicho informe, la fundación Conama, el Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE), el Centro Complutense de Estudios e Información Medioambiental de la Fundación General Universidad Complutense de Madrid, con este informe se "traza por primera vez una hoja de ruta que sirve de base para comenzar a cambiar de forma seria hacia las ciudades neutras en emisiones de dióxido de carbono en el horizonte 2020-2050.

Asimismo, el informe propone una serie de objetivos en estas cuatro décadas como "empezar a recuperar el carácter compacto de nuestras ciudades reclamando densidades tendentes a unas 70 viviendas por hectárea", o "impulsar la rehabilitación integral y energética de todo el parque edificado --25 millones de viviendas-- para reducir sus emisiones climáticas en un 80 por ciento", entre otros.

Tras un "exhaustivo análisis", la principal conclusión extraída es que "los ambiciosos objetivos propuestos en múltiples temas clave para 2020 y sus visiones a 2050 son plenamente viables". Sin embargo, dicho análisis también constata que "ahora falta la apuesta política del país y sus ciudades para conseguir que el reto del Cambio Global se convierta en una oportunidad", cambios que según las mencionadas instituciones, "suponen una oportunidad para estimular la economía y crear empleo a lo largo de los próximos decenios".

Todo esto se constata teniendo en cuenta que en las últimas décadas las ciudades han experimentado "un fuerte crecimiento", llegando a representar casi el 70 por ciento de la población del país, expansión que lleva asociada una concentración del consumo de energía, agua y materiales que convierte a estos entornos en "piezas clave a la hora de afrontar un cambio global hacia la sostenibilidad".

EDIFICACIÓN Y OCUPACIÓN DEL SUELO

El escenario residencial "deseable" además de mejorar la habitabilidad del conjunto del parque residencial español y posibilitar la reconversión de sector de la construcción, generando nuevos empleos dirigidos a la rehabilitación integral, lo que permitiría "reducir de forma muy importante el consumo energético y los gases de efecto invernadero asociados al sector residencial en torno al 25 por ciento o 45 por ciento respectivamente.

Así, para que las ciudades adquieran un carácter "compacto" como el que tenían en 1990, los nuevos desarrollos "deberían realizarse con densidades de entre 50 viviendas por hectárea en 2020 y 70 viviendas por hectárea en 2050.

Para conseguir esto, se propone "imposibilitar el desarrollo indiscriminado e insostenible de nuevos crecimientos urbanos no justificables, o "evitar la tendencia a la dispersión y segregación de las actividades urbanas como las residenciales y comerciales".

EMISIÓN DE GASES NOCIVOS

La reconducción del panorama energético de las ciudades a parámetros de sostenibilidad pasaría por la reducción del gasto energético y la participación de las renovables en el "mix energético urbano" en un porcentaje próximo al 30 por ciento para 2020. De esta forma, se conseguiría una "reducción de las emisiones de efecto invernadero del orden del 30 por ciento respecto al año base 1990".

De este modo, con una "visión de ciclo", hasta el año 2050 se debería seguir incidiendo en estas líneas estratégicas, a fin de "conseguir una reducción del 60 por ciento del gasto energético urbano con respecto al año 200 y una contribución de las renovables al mix energético superior al 80 por ciento", con el objetivo final de "lograr ciudades neutras en emisiones de dióxido de carbono", buscando moverse en una horquilla de reducción de emisiones "entre el 90 por ciento y el cien por cien con respecto a 1990".

Para esto, se propone "elaborar una Ley de mitigación y adaptación urbana al cambio climático", "incorporar medidas pasivas y soluciones constructivas que minimicen el gasto energético en los edificios", o "transformar de forma radical el transporte urbano, maximizando los desplazamientos no motorizados, y entre los motorizados, dando prioridad al transporte público y eléctrico".

"DÉFICIT EN SANEAMIENTO"

Asimismo, se recordó que el volumen de aguas residuales urbanas tratadas "ha experimentado un crecimiento considerable", aunque sin embargo, "todavía existe un importante déficit en materia de saneamiento y depuración", pues "aún hay núcleos urbanos en España que carecen de sistemas depuradores, y en otros, la falta de mantenimiento o la imposibilidad técnica de responder a las nuevas exigencias de calidad del efluente hacen que no se cumplan con los requerimientos ambientales".

Además, se advirtió una "gran descoordinación entre los instrumentos de ordenación urbanística y la planificación hidrológica". De hecho, "no son infrecuentes los casos en que se han proyectado y ejecutado desarrollos urbanísticos de envergadura sin tener en cuenta la posibilidad de disponer del agua necesaria".

En este sentido, se señaló que para el año 2050 "se podría alcanzar una disminución del consumo de agua per cápita de hasta un 31 por ciento si se "adecuasen los sistemas depuradores existentes o se instalaran nuevas estaciones de tratamiento", de acuerdo con los requerimientos de la Directiva 91/271/CEE, al objeto de "conseguir cero vertidos urbanos a cauce sin depurar". Además, se planteó la posibilidad de "liberar concesiones agrícolas para usos urbanos especialmente en situaciones de sequía".