Actualizado: jueves, 30 enero 2014 19:44
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Zoido: "No se puede ceder al chantaje" de ETA, cuya derrota llegará cuando haya "arrepentimiento, pidan perdón a víctimas y entreguen las armas"

   SEVILLA, 30 Ene. (EUROPA PRESS) -

   La eurodiputada por el PP Teresa Jiménez-Becerril ha subrayado durante el acto homenaje del que fuera su hermano y teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sevilla, Alberto Jiménez-Becerril, y su esposa, Ascensión García Ortiz, cuando se cumplen 16 años de su asesinato a manos de la banda terrorista ETA, que "aquí no se confunde a los héroes y se sabe bien que quienes asesinan por la espalda son unos criminales", esperando además que los terroristas entreguen las armas y "quienes los apoyan salgan de las instituciones democráticas donde nunca debieron entrar".

   Jiménez Becerril ha realizado estas declaraciones durante su intervención en el acto de homenaje que se ha llevado a cabo en la calle Don Remondo, donde ambos fueron asesinados, y tras una misa en la Catedral de Sevilla, actos que han contado además con la presencia de la ministra de la ministra de Empleo, Fátima Báñez; la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo; y el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, quien a primera hora de la tarde descubría un mural en memoria de Alberto y Ascen en el colegio 'Joaquín Turina'. Asimismo, ha estado presente la práctica totalidad de la corporación local, junto a los portavoces locales de PSOE e IU, Juan Espadas y José Manuel García.

   Ante los hijos del matrimonio, la eurodiputada ha subrayado que este acto, dejando una corona donde murieron, supone la forma que tiene Sevilla y España de homenajear "a quien dio la vida por ella, en silencio, conteniendo nuestro dolor y nuestra rabia por haber perdido a dos personas maravillosas". "Aquí no confundimos a los héroes y sabemos bien que quienes asesinan por la espalda son unos criminales y cobardes y el único pasillo que le haríamos sería el que les llevaría a la cárcel y los únicos cohetes que lanzaríamos serían para celebrar que ETA ha entregado las armas y que está colaborando con la justicia y que quienes los apoyan están saliendo de las instituciones democráticas donde nunca debieron entrar", sentencia.

   Así, deja claro que, mientras eso ocurre, estará "soñando" con ese día. "Alberto, mientras eso no ocurra seguiremos viniendo aquí cada año, cada día, con nuestras lágrimas, nuestro silencio y esperando que vuestro sacrificio no haya sido en vano", sentencia.

   "Aquí estamos, Alberto y Ascen, tras 16 años, vuestros compañeros de siempre, vuestros amigos de siempre, los sevillanos y vuestra familia, vuestros niños que crecen y son vuestro orgullo porque desde arriba los seguís día a día, mientras que nosotros pisamos esta maldita calle y mirando una placa que recuerda lo ocurrido ante la que se nos nubla la vista al leerla", añade la eurodiputada, que advierte de que esa placa, sin embargo, es necesaria "para la memoria, la verdad y la justicia".

"SEVILLA NO OLVIDA A SUS HÉROES"

   Por su parte, Zoido ha subrayado que la capital de Andalucía "no olvida a sus héroes", en lo que se convirtieron Alberto y Ascen "al morir cumpliendo con su deber". "Esta esquina de Don Remondo no fue el final, sólo fue el principio de la derrota de los que hablan con las pistolas, porque quisieron matarnos a todos matando a dos de los nuestros, y desde Sevilla y toda España entendimos que nunca podríamos ceder al chantaje y a la extorsión de los terroristas. Alberto y Ascen nunca lo hubieran querido", ha sentenciado el alcalde, que ha dejado claro que esa derrota "no será definitiva hasta que no haya un arrepentimiento verdadero, hasta que no pidan perdón a las víctimas y hasta que no entreguen las armas". "Sin esas tres condiciones no habrá ganado la paz frente al terror", concluye.

   En un emotivo discurso, Zoido ha recordado "aquel instante en Don Remondo donde se paró el tiempo y se helaron los corazones de un pueblo que perdió a dos de los suyos por culpa del odio extremo, sevillanos comprometidos y generosos que habían decidido dedicar su vida servir a la sociedad". "Nunca les doblegaron las amenazas, sólo el fuego de las armas consiguió callar sus voces, que hoy siguen viva en todos nosotros, sus familiares, amigos, compañeros, y en todos los sevillanos que los recuerdan con cariño", ha insistido, matizando que aquel 30 de enero las "frías escarchas del invierno cortaron como navajas el alma de una ciudad que vio la sangre derramada de dos de sus hijos, preguntándose hasta el día de hoy el porqué de tanta sin razón e injusticia"

   Tras recordar las "manos blancas" contra el terrorismo, ha tenido palabras de agradecimiento para sus familiares y amigos por "su entereza y disposición, y el haber mantenido viva la llama de estos dos sevillanos durante 16 años", además de insistir en el recuerdo de Alberto y Ascen, que espera "siempre sean un gran ejemplo para la sociedad y que sus vidas sigan sirviendo a la causa de la democracia y de la paz". "Son las víctimas, pero también son los causantes de que cada día tengamos más de un motivo para seguir luchando por la justicia, por la paz y por la dignidad", sentencia.

HACE 16 AÑOS

   Alberto Jiménez-Beceril y su esposa Ascensión, ambos de 37 años, fueron asesinados en la madrugada del día 30 de enero de 1998 en la calle Don Remondo del céntrico barrio de Santa Cruz, en la esquina con la calle Cardenal Sanz y Flores, cuando regresaban a su domicilio tras haber cenado fuera, al recibir sendos disparos en la cabeza por parte de varios etarras.

   El concejal había aparecido hacía dos años en una lista intervenida a ETA por la Policía, aunque no había recibido ningún tipo de amenazas. El matrimonio iba a cumplir su décimo aniversario de bodas y contaban con tres hijos, de edades entonces comprendidas entre los cuatro y los nueve años.

   Por este asesinato, fueron procesados los miembros del Comando Andalucía de ETA, Mikel Azurmendi, José Luis Barrios Martín y Maite Pedrosa. Así, Azurmendi y Barrios fueron condenados a 60 años como autores materiales de los disparos que acabaron con la vida del concejal y su mujer, mientras que Pedrosa fue condenada a diez años de prisión por un delito de conspiración para cometer homicidio terrorista, al no haber participado directamente en la acción terrorista. El Tribunal Supremo elevó después la pena a 12 años.