El puerto dice que la ciudad no puede ser "un páramo" cuando llegan cruceros

Actualizado: domingo, 20 septiembre 2009 14:16

Un pasajero gasta de media unos 70 euros al día, una cifra que puede incluso triplicarse en los que embarcan y desembarcan en la ciudad

MÁLAGA, 20 Sep. (EUROPA PRESS) -

Una ciudad cerrada es lo que encuentran muchos cruceristas que desembarcan en la capital de la Costa del Sol los domingos y festivos. Un hecho muy negativo a juicio de la gerente de Cruceros Málaga, Susana Gutiérrez, quien consideró que Málaga "no puede ser un páramo" cuando llegan los buques.

Así, indicó que este hecho puede condicionar "mucho" la llegada de turistas a la capital y retraer a posibles visitantes futuros. "Si el crucerista viene a una ciudad a conocerla y se encuentra todo cerrado es muy negativo", aseveró.

Gutiérrez destacó, en declaraciones a Europa Press, que "venir a una ciudad desierta es como no venir" e indicó que las compañías que traen buques tienen esto muy en cuenta porque buscan destinos atractivos para sus pasajeros. Además, recordó que es habitual que las navieras realicen encuestas a bordo sobre el destino "y este hecho puede provocar que no recomienden la ciudad" y, por tanto, las compañías cambien de destino.

"Sería muy bueno que entre todos concienciemos para cambiar la situación", recomendó, y añadió que a los turistas les gusta una ciudad "activa cultural y comercialmente".

En este sentido, señaló que, además de en espectáculos de flamenco y teatrales, a los pasajeros también les interesa irse de tapas, de compras, saber dónde hay vino de la zona, los museos, etcétera.

Para alcanzar un acuerdo es "fundamental" el Málaga Cruise Bureau, un organismo en el que están representadas administraciones públicas, empresarios, comerciantes y entidades privadas relacionadas con el sector. "Es un foro muy bueno y se está empezando a discutir", recalcó.

Este mes se inició la temporada alta de cruceros, de hecho, cada vez más el puerto malagueño se conforma como puerto base. Así, habrá un total de 34 escalas de este tipo hasta finales de año.

El espejo en el que puede mirarse Málaga es Barcelona, el primer puerto base de la Península, según Gutiérrez, quien declaró que en la Ciudad Condal están "muy concienciados". "Allí están abiertos 24 horas todos los días de la semana, es un ejemplo de ciudad abierta y los domingos y festivos está invadida de cruceristas y turistas en general", aseveró.

TRIPULACIÓN

Sin embargo, no sólo son los pasajeros los que bajan del barco cuando desembarcan. Así, recordó que en muchos buques casi la mitad de los pasajeros pertenecen a la tripulación, que requiere de unas necesidades básicas. "Son personas que están muchas horas trabajando y están deseando llegar a puerto para comprar, no souvenirs sino ropa, calzado o un cepillo de dientes", manifestó.

En general, un crucerista que baja en escala de tránsito, es decir, que baja unas horas del barco y luego vuelve; gasta entre 60 y 70 euros de media. Sin embargo, esa cantidad aumenta considerablemente si es un pasajero base, es decir, que embarca y desembarca en Málaga. En este caso, el gasto puede duplicarse e incluso triplicarse, ya que pernocta, come, cena, compra, etcétera, continuó Gutiérrez, quien recordó que, además, de su visión de la ciudad depende que vuelva o no en otra ocasión.

Según datos de Málagaport, sumando los pasajeros que las diferentes navieras estiman que embarquen y desembarquen en el puerto malagueños y los que ya lo han hecho este año, el total oscilará entre 73.000 y 76.000, más de un 165 por ciento con respecto a los poco más de 27.000 que lo hicieron el pasado año.