Cáritas Diocesana de Zaragoza considera la convocatoria de la huelga como "síntoma de malestar" social

Actualizado: martes, 28 septiembre 2010 12:00

ZARAGOZA, 28 Sep. (EUROPA PRESS) -

Cáritas Diocesana de Zaragoza ha manifestado que la huelga convocada el próximo miércoles, 29 de septiembre, por los sindicatos Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras es un "síntoma de un malestar", de forma que si bien el motivo concreto es la reforma laboral, como hecho social "es expresión de una realidad compleja y ambigua".

Esta entidad ha precisado en un comunicado que la huelga "contemplada desde la óptica de los pobres aparece como síntoma de un malestar generalizado y que va en aumento" y señala como la causa de dicho malestar "un modelo de desarrollo que ha convertido el crecimiento económico en el dios oculto de nuestra sociedad".

En este sentido, agrega que la propia reforma laboral "va a añadir más personas y familias al grupo de excluidos sociales", para reflexionar que "el sistema no es algo separado de nosotros y de nuestra responsabilidad", sino que "ha sido creado por muchos seres humanos y de muchas maneras" de forma que "todos somos responsables, por acción o por omisión, aunque en distinto grado".

Cáritas Diocesanas de Zaragoza se pregunta, al respecto, a quién sirve la huelga "al sistema o a las personas" y "a qué personas". La entidad advierte, asimismo, "del riesgo de que la huelga se reduzca a un paréntesis y no a la toma de conciencia de que la sociedad necesita ser sanada y nosotros también", para agregar que "la salud de la sociedad no vendrá desde arriba, sino desde abajo, esto es, desde la participación del pueblo, de todos y de cada uno".

Por eso, consideran que la autoridad "debe potenciar y crear cauces de participación y caminar junto con el pueblo, no sobre el pueblo" y también pide la incorporación de las personas excluidas ya que "sin su presencia en los órganos de decisión no será posible la sanación total de la humanidad".

En esta línea, la entidad ha opinado que hasta ahora, en todo el proceso de la crisis, las personas excluidas "han sido completamente olvidadas, consideradas como población sobrante y fuera del sistema", además de que "tampoco podemos olvidar a todos aquellos que producen para el primer mundo, en condiciones indignas, ante las cuales pocos son los que levantan la voz".

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