Convocadas las becas de la Fundación Joaquín Torres para las becas destinadas a universitarios de Mequinenza

Publicado: lunes, 12 octubre 2020 15:59

MEQUINENZA (ZARAGOZA), 12 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Fundación Joaquín Torres ha abierto el plazo para presentar solicitudes a las becas que convoca anualmente, dirigidas a universitarios de Mequinenza.

La convocatoria de su vigésimo séptima edición, cuyas solicitudes pueden presentarse hasta el 6 de noviembre, se ha retrasado prácticamente seis meses, debido a la pandemia de la COVID-19, y a las afecciones económicas que ha tenido en los mercados que ha hecho que caiga el rendimiento de los fondos de los que dispone y cuyos beneficios nutren las ayudas, ha informado el Ayuntamiento en una nota de prensa.

El Consistorio realizará una aportación del presupuesto municipal para que en 2020 puedan entregarse. La alcaldesa, Magda Godia, ha anunciado que el Gobierno local está buscando una fórmula para hacer efectiva esta aportación. En 26 años se han concedido 616 becas por un importe total de 750.000 euros.

Estas ayudas son posibles gracias a la donación de Joaquín Torres, un mequinenzano que hizo fortuna en Latinoamérica en el mundo editorial. Para poder recibirlas los solicitantes deben estar cursando, al menos, segundo de la carrera universitaria escogida, reunir los requisitos académicos que el Estado exige en la legislación de becas, haber solicitado beca al Estado y haber residido los últimos diez años ininterrumpidamente en Mequinenza.

Los interesados deben presentar la solicitud y la información requerida en la Oficina de Atención Ciudadana del Ayuntamiento de Mequinenza.

JOAQUÍN TORREL ARBIOL

Joaquín Torres Arbiol fue "el emigrante ultramarino más notable y generoso del 'Poble". Nació en Mequinenza el 8 de junio de 1901 y dejó su villa natal a los 21 años para hacer el servicio militar en Madrid. Allí entró a trabajar en la editorial Espasa, la futura Espasa Calpe.

La editorial le envió a Buenos Aires en 1926 para crear una delegación en la capital de Argentina, donde también trabajó para Seix Barral y Cervantes. Se dedicó a detectar ediciones clandestinas, fraudulentas, sobre todo las venidas de Chile, advirtiendo a editoriales y librerías para impedir su adquisición, luchando así contra la piratería. En el año 1931 se convirtió en propietario de la editorial Juventud Argentina.

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