Zaragoza.- El Patronato de Turismo de la DPZ promueve con un folleto los lugares recorridos por Fernando El Católico

Actualizado: miércoles, 3 enero 2007 18:53

ZARAGOZA, 3 Ene. (EUROPA PRESS) -

El Patronato de Turismo de la Diputación de Zaragoza (DPZ) se ha sumado a la difusión de la figura de Fernando El Católico con un nuevo folleto turístico que destaca y recorre las tierras en las que pasó parte de su vida el monarca aragonés.

'El camino del Rey' recorre, desde su nacimiento en Sos del Rey Católico, los lugares de la provincia que protagonizaron las rutas vitales del monarca, descubriendo a su paso el rico patrimonio histórico y cultural de cada municipio.

De la vida del monarca destaca la villa de Sos, lugar de su nacimiento, los caminos de Calatayud, y el bajo Ebro a finales del siglo XV, localidades mudéjares y caminos de agua herederos vivos del final de la Edad Media y el Renacimiento.

Fernando II de Aragón nació en Sos, en las altas Cinco Villas, en 1452. Bautizado en la Catedral de La Seo, ocupó el Palacio de la Aljafería, siendo rey, ante todo, de Aragón. Considerando, tras la muerte de su esposa la reina Isabel, que la unión con Castilla hacía peligrar su reino patrimonial y todo lo que representaba, dio un giro a su política exterior y construyó una alianza con Francia, su eterna enemiga, mediante su matrimonio con Germana de Foix (1506).

La temprana muerte del hijo de este segundo matrimonio impidió que prosperase su nueva política, que permitió así que Fernando fuera reconocido en la historiografía tradicional como adalid de la unidad de España. El monarca murió en la cacereña Madrigalejo en 1516, dejando todas sus posesiones a su nieto, Carlos de Gante, futuro Carlos I.

Fernando II de Aragón fue un político nato, elogiado por sus coetáneos y reconocido pro sus enemigos, una figura inmersa en la espiral que enlazó la Edad Media con el Renacimiento, que se inició en el camino que condujo a la formación del moderno Estado español dotado de los primeros órganos de Gobierno burocrático.

Se convirtió en un príncipe del Renacimiento que supo sacar las máximas ventajas de la cultura moderna en la Era de los Descubrimientos, y las ciencias, las artes y las letras fueron para él instrumentos de su política, de su fama, y del buen Gobierno de sus Estados.

Desde el siglo XV, muchas han sido las publicaciones que han repasado su vida y su gobierno, volúmenes a los que se suman exposiciones como 'Ferdinandus Rex Hispaniarum, Príncipe del Renacimiento', que alberga actualmente, y hasta el 7 de enero, el Palacio de la Aljafería de la capital aragonesa, una muestra organizada por el Gobierno de Aragón y la Diputación de Zaragoza.

Asimismo, el nuevo folleto del Patronato de Turismo de la Institución Provincial, 'Los caminos del Rey' repasa no sólo la vida del monarca sino los vestigios que la historia ha dejado en los lugares en los que él vivió, explicando las características del románico, y del mudéjar en las localidades de la provincia, así como la naturaleza dominante en la zona.

SOS DEL REY CATÓLICO: ESPLENDOR DEL ROMÁNICO

Sos es una de las ciudades españolas con mayor encanto medieval, en cuyo castillo de Sada, hoy convertido en Centro de Interpretación, nació el rey Fernando. La localidad pertenece a la Comarca de las Cinco Villas, en la que el románico floreció abundantemente jalonando el camino jacobeo.

Sos del Rey Católico cuenta entre sus monumentos románicos con la Iglesia de San Esteban (siglo XI), que cuenta a su vez, a modo de cripta, con la Iglesia de Santa María del Perdón.

Asimismo, también se encuentran restos romanos en Uncastillo, con seis iglesias de este estilo, entre las que destaca la Iglesia de Santa María la Mayor, del siglo XII. Además, se ubican en el municipio la Iglesia de San Martín de Tours, San Felices, San Juan, San Miguel y San Lorenzo.

Por último, el esplendor del románico alcanza Sádaba, con el castillo del siglo XIII y el monasterio de Puylampa; Ejea de los Caballeros con las Iglesias de Santa María y San Salvador; Biota, que cuenta con la Iglesia de San Miguel; el castillo y la iglesia parroquial de Castiliscar; y diversos vestigios románicos en El Bayo, Luna, y El Frago.

CALATAYUD: RUTA MUDÉJAR

La ciudad y su entorno constituyen una de las grandes rutas mudéjares de Aragón, debido a la pervivencia de los musulmanes en la zona de Calatayud. En la localidad bilbilitana destaca la colegiata de Santa María, su ábside, el claustro que fue parte de la mezquita mayor, y su torre, una de las mayores de Aragón.

La Iglesia de San Andrés, es uno de los pocos templos mudéjares de tres naves y su torre es muy similar a la de la Iglesia de Santa María aunque de menor tamaño. Asimismo, también en Calatayud, de la Iglesia de San Pedro de los Francos llama la atención su torre inclinada.

El mudéjar es el estilo dominante en toda la zona, el ladrillo rojo y la cerámica coloreada se encuentran en todas las torres de las iglesias de la zona, siendo las más destacadas la torres de Ateca, probablemente la más singular de entre las torres mudéjares de Aragón.

También destacan la iglesia de Torralba de Ribota, claro ejemplo de las llamadas iglesias-fortalezas; el interior de la iglesia de Cervera de la Cañada, una de las más ricamente decoradas del mudéjar aragonés; y los tres templos mudéjares de Maluenda.

BAJO EBRO: LA NATURALEZA ES PROTAGONISTA

El Ebro, bajando por Zaragoza, dibuja amplias curvas que encierran bellos paisajes y huertas, sotos de ribera y una rica vida acuática natural. Los grandes meandros que forman entre las localidades de Gelsa y Alforque, donde el cauce comienza a encajonarse entre la riqueza de sus riberas, contrastan con el desierto monegrino.

El Ebro acerca al visitante de la provincia a Sástago, donde se encuentra el Monasterio de Rueda que debe su nombre a la noria hidráulica que permitía elevar el agua del río a las huertas. Además de disfrutar de su majestuosa construcción, hoy Hospedería, el Monasterio aloja el Museo del Ebro.

Curso abajo, en Chiprana, se hallan las lagunas endorreicas "las Saladas". Desde esta población se contempla el pantano de Mequinenza donde se encuentra una rica variedad de aves y peces, un lugar idóneo para los deportes náuticos.

Siguiendo el curso se llega a Caspe, capital del Mar de Aragón, municipio que alberga un rico patrimonio histórico monumental, como el Mausoleo Romano de Miralpeix, trasladado al centro urbano cuando se construyó el embalse.

Además, en el mismo recorrido se sitúa Fayón, cuyo antiguo núcleo fue inundado por las aguas del pantano de Ribarroja, ha sido igualmente bautizado como paraíso de la pesca.

El actual, situado entre pinares, invita a subir hasta el santuario de la Virgen del Pilar, desde el que se divisan los profundos acantilados que allí formaba el Ebro, la desembocadura del río Matarraña, las montañas que rodean la cuenca y la torre de la vieja Iglesia que emerge del pantano como memoria de otra vida y de otros sueños.