El acusado de la muerte por omisión de Silvia Hernández, condenado a 12 años y 7 meses de cárcel

Publicado: miércoles, 20 noviembre 2019 21:48

El abogado de la defensa presentará un recurso de apelación ante el TSJA

GIJÓN, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias con sede en Gijón ha condenado a 12 años y 7 meses de prisión al hombre acusado de la muerte de su pareja, la gijonesa Silvia Hernández, en el domicilio de ambos, en marzo de 2016 en Gijón.

El procesado había sido declarado culpable de homicidio por omisión por un jurado popular, pese a que este había defendido su inocencia durante todo el proceso y había insistido en que ninguno de los dos fue consciente de la importancia de las heridas, hechas durante un forcejeo para arrebatarle el cuchillo con el que la víctima amenazaba con autolesionarse.

La sentencia no es firme y el abogado del procesado, Enrique Lamadrid, ha confirmado a Europa Press que presentarán un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias. Cabe recordar que fue este mismo Tribunal quien había ordenado repetir el juicio, si bien en la vez anterior al acusado solo le habían condenado a cuatro años de cárcel.

La magistrada se basa en su sentencia en el relato del jurado popular, el cual hizo hincapié en que a pesar de que ella estaba en mal estado, el procesado no llamó al 112 hasta que estuvo ya muerta.

El jurado, además, había rechazado la posibilidad de la suspensión condicional de la pena y también de la concesión del indulto. En ambos casos la decisión se adoptó por unanimidad.

Tanto Acusación pública como Abogacía del Estado habían pedido 13 años de prisión, al igual que la acusación particular y la de la acusación popular, representada por la Asociación de Abogadas para la Igualdad. La defensa, en cambio, había pedido la libre absolución de su cliente al alegar que este no desatendió a la víctima y que esta estaba capacitada para tomar la decisión de ir o no al médico.

FORCEJEO POR EL CUCHILLO

Según la versión del procesado, esa noche, después de cenar en una sidrería en la que consumieron bastante alcohol, habían discutido de camino a casa, y luego de nuevo en el domicilio, en esta ocasión por unos cargadores del móvil.

El acusado relató que ella, como había hecho en otras ocasiones, salió al rellano de la escalera a pedir auxilio a gritos, pero llevaba un cuchillo con el que amenazó con autolesionarse. Según él, hubo un forcejeo al intentar quitarle el cuchillo y luego ambos cayeron "contra la escalera".

Supuestamente, el procesado le curó las heridas y ninguno pensó que eran de importancia porque no sangró apenas y luego dejaron de sangrar. No obstante, ante los dolores de ella al día siguiente, él insistió en llevarla al hospital pensando que era por el golpe contra las escaleras, pero esta no quiso.

Incluso indicó que su pareja se inventó un atraco como excusa en el caso de que fueran al hospital, algo a lo que se había comprometido a ir al día siguiente -dos después de los dos pinchazos con el cuchillo--. No obstante, ya casi a la mañana siguiente el acusado se notó mojado y descubrió que era sangre y "automáticamente" llamó al 112, sin creer aún que estuviera muerta.

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