El procesado presenta una parafilia, del tipo pedofilia no exclusiva, con atracción por varones
OVIEDO, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
La fiscalía solicita una pena de 25 años y dos meses de prisión para un voluntario social, D. F. C., de 31 años y vecino de Oviedo, por violar y abusar sexualmente en reiteradas ocasiones de un niño de nueve años que residía en un centro bajo la tutela de la consejería de Bienestar Social del Principado desde 2003.
El acusado, defendido por el letrado ovetense, José Carlos Botas, será juzgado el 10 de diciembre, a las 9.30 horas, en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
El imputado acompañaba al niño a diario al colegio, lo sacaba con frecuencia e incluso lo llevó a su casa a pasar períodos de vacaciones, en calidad de voluntario social. El juicio está aún por señalar. En la vista declararán, además del menor, la compañera sentimental del procesado y el ex director del centro en el que estaba interno el niño.
La fiscal pide para el acusado 15 años de cárcel por un delito continuado de violación; ocho años por un delito continuado de utilización del menor para la elaboración de material pornográfico; un año de cárcel por un delito continuado de exhibición de material pornográfico entre menores de edad y 14 meses de prisión por dos delitos de malos tratos.
Por vía de responsabilidad civil el procesado será condenado a pagar al menor 80.000 euros por el daño moral sufrido, siendo responsable civil subsidiario la Administración del Principado de Asturias.
LOS HECHOS
El procesado conoció al menor en un campamento en león, donde su compañera sentimental trabajaba como monitora. Desde el verano de 2006, el procesado y su pareja solicitaron al Principado la autorización para visitar al menor, incluido en un programa de familias voluntarias de la Cruz Roja. Acudían a visitarlo sábados y domingos, en alguna ocasión lo llevaban a comer.
El acusado, desempleado, se quedaba a menudo a solas con el niño "aprovechándose de sus circunstancias", ya que el menor padece una discapacidad intelectual por retraso mental leve y tiene reconocida una minusvalía del 34 por ciento, según la fiscal.
Así, el D. F. C comenzó a realizar diversos actos sexuales con el menor, con la oposición manifiesta de éste. El procesado decía al menor que era bueno lo que hacían pero era un secreto, que no se lo podía contar a nadie porque le reñirían o le meterían en la cárcel.
Los actos que practicaba el acusado con el menor, además de relaciones sexuales plenas, incluían la exhibición de películas pornográficas y la grabación de las prácticas sexuales que realizaban. En múltiples ocasiones le hizo fotografías desnudo. Además, en dos ocasiones, sostiene el ministerio público, el acusado golpeó al menor, siendo recriminado por su pareja sentimental.
Los hechos salieron a la luz en mayo de 2006, cuando el profesor de apoyo que el menor tenía en su colegio entregó a la dirección del centro un informe en el que se indicaba que el niño podría estar siendo víctima de un abuso sexual.
A consecuencia de estos hechos, el menor presenta un estado de estrés postraumático vinculado a experiencias sexuales, sintomatología depresiva entre moderada y severa, patología ansiosa severa, conductas hipersexualizadas, conductas disociales y problemática emocional, entre otros.
Por su parte, el procesado, según la fiscal, presenta una parafilia, del tipo pedofilia no exclusiva, con atracción por varones. Sin antecedentes penales, está en prisión desde el 11 de octubre de 2007.
