SANTANDER, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un total de 13 desempleados han finalizado su formación como técnicos de jardinería y restauración del paisaje con el diseño y ejecución de un espacio de frutos pequeños, compuesto por arándonos, frambueseros, groselleros, zarzamoras y fresas.
Se trata de los participantes en el curso de 620 horas de duración organizado por el Ayuntamiento de Santander en colaboración con el Servicio Cántabro de Empleo. Un total de 15 alumnos participaron inicialmente en el curso, que arrancó el pasado mes de enero, si bien dos de ellos no lo han finalizado al haberse incorporado al mercado laboral durante el mismo.
El objetivo ha sido capacitar a los participantes en las actividades necesarias para gestionar y ejecutar la instalación de parques y jardines, además de su conservación y todo lo relacionado con la restauración del paisaje lo que les ha permitido obtener el correspondiente certificado de profesionalidad.
El curso ha formado a los participantes para la programación y organización de todas aquellas actividades necesarias para gestionar y ejecutar la instalación de parques y jardines y la restauración del paisaje; gestionar y realizar la conservación de parques y jardines; gestionar la maquinaria, equipos e instalaciones de jardinería y realizar operaciones topográficas en trabajos de agricultura, jardinería y montes.
Los alumnos han tenido ocasión de poner en práctica los conocimientos adquiridos durante el curso mediante la creación de un área de plantación con especies productoras de "pequeños frutos", ubicada en las instalaciones homologadas de Peñacastilo para esta especialidad de jardinería.
Las especies introducidas son arándonos, frambueseros, groselleros, zarzamoras y fresas, que se han elegido por el gran interés que están suscitando en los últimos años, por su creciente demanda en los mercados y por su interés agronómico como nuevas ocupaciones en agricultura, según informa el Ayuntamiento de Santander en nota de prensa.
La concejala de Empleo y Desarrollo Empresarial, Gema Díaz-Domínguez, ha destacado que este proyecto formativo contribuye al desarrollo local por sus aportes a la formación y a la educación ambiental y, en alguna medida, a la posible creación de empresas basadas en la horticultura urbana que posee beneficios de tipo ambiental y social, a un coste reducido.
