Ganadería achaca las críticas de los tratantes a la pérdida de un "negocio muy lucrativo" con las reses positivas

Actualizado: jueves, 28 septiembre 2006 20:44

Recuerda que la normativa estatal permite destinar a consumo humano reses positivas que superen un control sanitario, pero no la cántabra

SANTANDER, 28 Sep. (EUROPA PRESS) -

El director general de Ganadería, Manuel Quintanal, cree que las críticas de la Asociación de Tratantes de Ganado a su gestión en lo relativo al sacrificio de animales que hayan dado positivo en las campañas de saneamiento ganadero se debe a que "algunos" de esos tratantes han perdido, con la nueva política de la Consejería, un "negocio muy lucrativo", al no poder dedicarse ya a comprar reses positivas para su posterior comercialización.

Los tratantes denunciaron ayer miércoles que la "obligación" de sacrificar las reses en mataderos de la región genera importantes costes económicos a los ganaderos, que ahora quieren reclamar a la Consejería. Al mismo tiempo, criticaron que se permita la comercialización en Cantabria de reses que han dado positivo en campañas de saneamiento ganadero en otras regiones.

En declaraciones a Europa Press, Quintanal recalcó que el Gobierno cántabro no puede impedir la comercialización de esa carne porque la normativa española permite su venta siempre y cuando supere los controles sanitarios existentes. La Consejería, por tanto, no puede restringir la entrada de esos productos, una decisión que, en todo caso, no dependería siquiera de ella, sino de la Dirección General de Salud Pública, al tratarse de carne destinada al consumo humano.

De todas maneras, dejó claro que esa carne ha sido evaluada por inspectores sanitarios. Además, recordó que en el caso cántabro, la comunidad ha optado por sacrificar y destruir todas aquellas reses que den positivo en las campañas de saneamiento ganadero de la región e impedir su comercialización para consumo humano.

De esta forma, se "beneficia" a los ganaderos, que son indemnizados; se contribuye a un aumento de los precios, al ser carne de mayor calidad, y se beneficia también a los consumidores, garantizando que toda la carne de Cantabria no procede de positivos de las campañas de saneamiento.

Ahí es donde, a juicio del director general, radica el problema con "algunos tratantes" que hasta ahora tenían un "negocio muy lucrativo" en la compra venta de esta carne. Según dijo, hasta el pasado año en Cantabria, al igual que en el resto de España, se podía comercializar la carne de campañas de saneamiento ganadero.

Los propietarios de las reses, una vez detectados los positivos, tenían que sacrificar obligatoriamente los animales y hacerlo en el plazo de quince días. Ante esa "necesidad acuciante", había tratantes que "vivían" de estas situaciones y compraban los animales a precios bajos para después comercializarla para consumo humano, explicó Quintanal.

FIN DE UN "NEGOCIO"

Ese "negocio" empezó a decaer al empezar a dar frutos las políticas sanitarias en el ámbito ganadero, que han reducido la incidencia de las enfermedades en la región, y el "mercado" se "perdió" totalmente al prohibir la Consejería comercializar las reses positivas y encargarse directamente de su destrucción. Según las estimaciones de Quintanal, el pasado año en Cantabria se comercializaron alrededor de 1.300.000 kilos de carne procedente de campañas de saneamiento ganadero.

Para el director general, otro dato que refrenda la postura de la Consejería frente a las críticas de los tratantes es que ninguno de los sindicatos ganaderos, ni asociaciones o cooperativas se han mostrado contrarios a esta política y, de hecho, se ha pactado con ellos el precio con el que se indemniza a los propietarios de reses positivas.

SENTENCIA SOBRE SACRIFICIOS

En cuanto a las compensaciones económicas que reclaman los tratantes por la "obligatoriedad" del sacrificio de reses en mataderos cántabros y la sentencia al respecto del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC), Quintanal aclaró que la sentencia era aplicable cuando el destino de las reses de campañas de saneamiento era el consumo humano, caso en el que sí afectaría al libre comercio.

En cambio, al hacerse ahora cargo la Consejería del sacrificio de las reses positivas e indemnizar al ganadero, ya no hay objeto comercial y, por tanto, esa parte de la sentencia -que además está recurrida- ya no tiene efectos.