Ocho meses de cárcel por seguir a su ex pareja y amenazarla para retomar la relación

Actualizado: domingo, 11 octubre 2009 14:14

SANTANDER, 11 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Cantabria ha ratificado una pena de ocho meses de prisión para un hombre por presentarse en el trabajo de su ex compañera sentimental reiteradamente e insultarla y amenazarla para retomar la relación.

Según se explica en una sentencia de la Sección Tercera de la Audiencia, el acusado, A.R.L.R., mantuvo una relación sentimental con la mujer que cesó en el verano de 2008.

Sin embargo, desde el mes de noviembre de ese año acudía "periódicamente" los fines de semana al lugar de trabajo de la mujer, donde la insultaba, le exigía que volviera con él y la intimidaba exigiéndole dinero y diciéndole que "antes de verla con otro" la iba a "matar".

El Juzgado de lo Penal número 3 de Santander condenó en mayo de este año al procesado por un delito de violencia de género por amenazas leves y le impuso una pena de ocho meses de cárcel. Además, le prohibió acercarse a menos de 200 metros de la víctima, su domicilio o su centro de trabajo durante dos años, comunicarse con ella en el mismo tiempo y portar o tener armas, también por dos años.

El hombre recurrió ante la Audiencia alegando, entre otras cosas, que no había pruebas suficientes para condenarle y que se escuchara a un testigo que no pudo comparecer en el juicio.

Frente a ello, la sentencia de la Audiencia explica que el testigo no compareció porque su paradero se desconoce y, en todo caso, resta importancia a lo que pudiera declarar porque, según dice, era el arrendador de la habitación en la que vivía el acusado, y los hechos enjuiciados no ocurrieron en la vivienda, sino en las inmediaciones del trabajo de la mujer.

En cuanto a las pruebas, la Sección Tercera cree que hay "prueba incriminatoria más que suficiente", empezando por la declaración de la víctima "corroborada" en parte por la propia versión del acusado al reconocer parte de los hechos.

La sentencia recalca que el testimonio de la mujer es "coherente y verosímil", mientras que el acusado ofrece un relato de lo sucedido "que ni es lógico, ni creíble, ni tiene apoyo ninguno", ya que admite haber ido a su lugar de trabajo pero esgrime en su defensa que la relación sentimental persistía.

Para la Audiencia esta versión "no tiene base lógica", porque si la relación se mantuviera, el acusado debería conocer dónde vivía la mujer, "y lo desconocía absolutamente". En su opinión, "es meridiano que la relación sentimental estaba extinguida y que era él quien de forma continuada, y en contra de la voluntad de la mujer, la sometía a una constante y persistente persecución".