Revilla y el obispo asisten hoy al centenario de la abadía cisterciense de Cóbreces

Actualizado: sábado, 2 mayo 2009 11:09

SANTANDER, 2 May. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, y el obispo de Santander, Vicente Jiménez Zamora, participarán hoy en los actos programados en Cóbreces para conmemorar el Centenario de la Fundación Institución Quirós y de la Abadía Cisterciense de Viaceli.

A las 11:30 horas dará comienzo una misa solemne oficiada por el Obispo de Santander, Monseñor Vicente Jiménez, después de la cual se visitará en el claustro la exposición fotográfica en la que se muestran imágenes históricas.

A esta ceremonia asistirán abades y abadesas y hermanos y hermanas de las diferentes comunidades cistercienses, entre ellas Santa María del Desierto (Francia), Santa María de la Huerta (Soria), Santa María de Sobrado (La Coruña) y Santa María del Evangelio (República Dominicana), como casa madre e hijas que son respectivamente de la abadía de Viacelli.

A las 13:30 horas tendrá lugar la presentación de un video conmemorativo y de un libro en el que se ha recogido la historia de estos cien años. A los actos asistirán también los consejeros de Desarrollo Rural y Cultura, Jesús Oria y Francisco Javier López Marcano, respectivamente, y el alcalde de Alfoz de Lloredo, Enrique Bretones.

ABADÍA

El monasterio de Santa María de Viaceli, en el que actualmente vive una treintena de monjes, pertenece a la Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia. Sus primeros cistercienses llegaron en 1904 desde la Abadía francesa de Santa María del Desierto para fundar el monasterio, gracias a la generosidad de Antonio y Manuel Bernardo de Quirós, que legaron su patrimonio familiar con ese fin.

La primera piedra se colocó el 10 de junio de 1906. En 1908 queda oficialmente terminada la obra. Se trataba del primer edificio de España levantado, todo entero, de hormigón. El monasterio es de estilo neogótico y se cree que haya sido el último monasterio cisterciense del mundo realizado con planta medieval.

Los monjes son los usufructuarios de la Fundación Institución Quirós, que incluye el Instituto, la Abadía y las fincas. Siguiendo la tradición monástica de que los monjes se sustenten de su propio trabajo, la comunidad cisterciense, que en otro tiempo mantenía una amplia explotación agropecuaria, se centra hoy en la fabricación artesanal del queso Trapa.

La Abadía cuenta, además, con una hospedería, que dispone de 19 habitaciones con 25 camas. A la hospedería de Cóbreces acuden muchas personas de España y del extranjero para encontrar aquí un lugar de oración, de descanso y de encuentro con los monjes.

La abadía de Cóbreces también es muy conocida por la elaboración de sus quesos artesanales. Es famoso el Queso Trapa, que es muy apreciado dentro y fuera de la región. La actual fábrica fue la primera de Cantabria de su clase en ser calificada como industrial y aún es recordado el denominado queso "Reina Guillermina".

Este nombre se debe a que uno de los monjes fundadores de Cóbreces (1908) era holandés y en aquellos años la reina de Holanda se llamaba Guillermina.

ORDEN CISTERCIENSE

Desde su llegada, los monjes cistercienses han ejercido una notable influencia dinamizadora en la zona. Sobre todo en las primeras décadas, ya que nada más fundar la abadía de Cóbreces abrieron una Escuela Agrícola en la que hasta 1950 se preparó gente procedente de toda España.

Esta explotación agropecuaria sirvió para adiestrar a muchos ganaderos y fue un factor de desarrollo social y de mejora notables. Asimismo los monjes cistercienses han desarrollado una importante labor educativa y religiosa. Hay que tener en cuenta que en 1968 el número de miembros llegó a alcanzar la cifra de 80.

En la abadía cisterciense de Santa María de Viaceli hay en la actualidad 24 miembros que siguen la regla que escribió en el siglo VI San Benito ("Ora et labora"). Esta regla es común para cistercienses y benedictinos.

Los monjes de Cóbreces son benedictinos blancos y su carisma es el de la vida monástica y contemplativa pero sin olvidar el trabajo y la actividad, ya que la regla de San Benito fue escrita para el progreso espiritual de una comunidad de personas que vivieran fraternalmente en un monasterio y que trabajaran para lograr su sustento.

Los monjes del cister fueron fundados en el año 1.098 por san Roberto de Molesmes en colaboración con san Alberico y san Esteban de Harding.