Santander rinde un "merecido" homenaje a los sacerdores del Barrio Pesquero Alberto Pico y Julián Torre

Homenaje a Alberto Pico y Julián Torre
AYUNTAMIENTO
Actualizado: domingo, 4 noviembre 2012 18:24

"Dos personas que reflejan como nadie el valor de la sociedad que todos aspiramos a tener", afirma el alcalde


SANTANDER, 4 Nov. (EUROPA PRESS) -

La ciudad de Santander y el Barrio Pesquero han rendido este domingo un "merecidísimo" reconocimiento a los sacerdotes Alberto Pico y Julián Torre, "dos personas que reflejan como nadie el valor de la sociedad que todos aspiramos a tener".

Así lo afirmó el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, durante el acto celebrado en la Plaza de la Pesca, en el que se descubrió una placa en la que puede leerse: "La ciudad de Santander a Don Alberto Pico y Don Julián Torre, desde el afecto más profundo, en agradecimiento a toda una vida de compromiso, entrega y dedicación a los vecinos del Barrio Pesquero".

De la Serna, acompañado por el obispo de Santander, Vicente Jiménez Zamora; el propio Alberto Pico; Nacho Ortega, actual párroco del Barrio Pesquero, así como algunos miembros de la Corporación y numerosos vecinos, entre ellos representantes de la guardería Marqués de Valterra y del Colegio Público Miguel Bravo, aseguró que, "cuando estamos inmersos en una crisis económica, pero también de valores, ellos -en alusión a Alberto Pico y Julián Torre- han representado y representan lo mejor que lo que tenemos y de lo que podemos tener".

"Ni el frío ni la lluvia hizo en ningún momento que muchos domingos como este, vecinos y amigos acudiésemos a este lugar, donde siempre había palabras y gestos; palabras de fe, de ilusión y de aliento, pero también gestos de solidaridad, de apoyo y de ternura, incluso ante la tragedia y los momentos difíciles", afirmó el regidor municipal.

En este sentido, destacó que la placa descubierta este domingo es una forma sencilla, "como ellos han sido y siguen siendo, de reconocer la humanidad y la humildad de esos gestos anónimos, callados y sinceros que hacían que Alberto se le pudiera ver llevando en su moto a los niños, donando sangre a cambio de un bocadillo que poco después estaría en manos de cualquiera que tuviera hambre o haciendo la compra para una familia que él sabía que estaba pasando apuros económicos".

De la Serna también tuvo palabras de reconocimiento para los gestos de Julián Torre quien, según dijo, desde esa obsesión por pasar inadvertido, trabajó tan intensamente para seguir apoyando cualquier iniciativa social, especialmente la guardería del Barrio Pesquero.

"Son esos gestos los que definen mejor que nada el valor de la amistad y de la entrega a los demás", aseguró el regidor municipal, quien subrayó que el acto celebrado este domingo no es un reconocimiento institucional y protocolario sino para dar las gracias como ciudad y como Barrio Pesquero.

De la Serna concluyó su intervención recordando que Alberto Pico y Julián Torre llegaron al Barrio Pesquero hace mucho tiempo para "depositar un ancla que, según dijo, va a permanecer siempre junto a nosotros, en lo más profundo de nuestro corazón".

Por su parte, un emocionado Alberto Pico insistió en que "hemos pasado toda una vida, hemos tenido nuestras ideas políticas, siempre de izquierdas, nos hemos querido de verdad, en todas las luchas de la vida, pero esa unión inquebrantable, de derechas, izquierdas, de arriba, de abajo, del barrio Pesquero, eso no lo ha roto nunca nadie".

Alberto Pico añadió que "Minguito, seguirá siendo siempre Minguito, igual que Alberto sigue siendo Alberto y Abundio es Abundio, seguiremos siendo el Barrio Pesquero y el día de mañana, cuando nos encontremos allí, nos reuniremos para pasar ratos juntos los del Barrio Pesquero".

El obispo de Santander agradeció al Ayuntamiento de Santander la celebración de un acto que definió como "un homenaje de gratitud a dos grandes hombres y dos excelentes curas: Julián que, desde el cielo, se une hoy a nuestro gozo y Alberto que es un testimonio de la vida del barrio".

Vicente Jiménez Zamora reivindicó gratitud y justicia para Alberto y Julián a quienes atribuyó el mérito de que el Barrio Pesquero sea "una gran familia, unida en los gozos y esperanzas, en las angustias y en la tristezas, pero una familia viva, con futuro y con esperanza".